Tinerfe Fumero / EFE
La Guardia Civil encontró una silla infantil para vehículo rodado (los populares maxi cosi) flotando en el mar cerca de la zona donde apareció la embarcación de recreo relacionada con la desaparición de un tinerfeño y sus dos hijas, de uno y seis, que la Justicia investiga como presunto secuestro. Decretado el secreto de sumario, no ha trascendido si la sillita tiene relación o no con el caso.
Desde primera hora, un amplio dispositivo de búsqueda, formado por medios de la Guardia Civil, Salvamento Marítimo y el Grupo de Emergencias y Salvamento, rastrean varias zonas por mar, tierra y aire, entre la punta de Anaga y Güímar, en busca de los desaparecidos.
Además, Salvamento Marítimo ha hecho un llamamiento a todas las embarcaciones que se encuentren en tránsito por la zona donde fue hallado, vacío y a la deriva, el barco propiedad del padre de las niñas, para que estén atentos por si pudieran avistar algún indicio que pudiera facilitar las labores de búsqueda.
El dispositivo se mantendrá activo hasta la puesta del sol y se retomará previsiblemente mañana a primera hora, confirmaron a Efe fuentes de la Guardia Civil.
De acuerdo con la denuncia de la madre de las pequeñas. el padre se llevó a sus hijas el martes a las 17.00 horas y tendría que haberlas devuelto a las 21:00.
Al parecer, una llamada del hombre a su expareja avisándola de que no volvería a ver a las niñas ni a él, alertó a la mujer, por lo que denunció la desaparición de las menores a la Guardia Civil, que desde el primer momento ha considera el caso como una desaparición de alto riesgo.
En la medianoche del martes al miércoles, el hombre, según registraron las cámaras de la Marina de Santa Cruz, zarpó solo en su barco, que fue hallado horas más tarde sin ocupantes y a la deriva.
Además, un vigilante vio cómo sacó de su vehículo y cargó en la embarcación bolsos, maletas y bolsas de ropa, según ha detallado a Efe el capitán de puerto de Marina Tenerife, Enrique Alonso.
Las fuentes de la investigación han indicado que la mujer ya se había quejado en diciembre ante la Guardia Civil de que su expareja la había amenazado verbalmente, pero no quiso presentar denuncia.
No obstante, los agentes realizaron un seguimiento de oficio y, en marzo, volvieron a preguntarle. La mujer dijo entonces que el episodio de las amenazas de diciembre no se había repetido.
Las fuentes han aclarado que hay varias líneas de investigación abiertas y que no se descarta ninguna hipótesis aunque un juzgado de Güímar ha abierto diligencias, declaradas secretas, por un presunto delito de secuestro parental.