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Puerto de Fonsalía, un proyecto ¿con o sin salida?

Toda la clase política en Tenerife, excepto Podemos, y los empresarios se muestran partidarios de la construcción del puerto de Guía de Isora como alternativa a Los Cristianos, mientras los ecologistas insisten en el daño al hábitat de los cetáceos en esa zona, recordando los 25 condicionantes que pone la Secretaría de Estado de Medio Ambiente
El proyecto de atraque de grandes barcos, dársena pesquena, dique seco y muelle deportivo fue redactado en 2001 / DA

Si como debería ser entendido, los diputados, consejeros insulares y concejales representan la voluntad popular, el puerto de Fonsalía no tendría problema para que saliera adelante después de 30 años de espera entre embrollos administrativos, competencias e ineficacia política, más allá de los 25 condicionantes medioambientales que aún debe solventar según la Secretaría de Estado de Medio Ambiente, sin que se conozca aún, como reconoció el presidente del Cabildo, Pedro Martín, en el pleno del viernes, si ha caducado o no la declaración de impacto ambiental.

Precisamente esos condicionantes medioambientales son los que han esgrimido Podemos, el único partido con representación en el Parlamento Canario y en el Cabildo de Tenerife, junto a un buen grupo de colectivos ecologistas, para oponerse frontalmente a la construcción de un puerto comercial en una lámina de mar en Fonsalía, entre los núcleos de Alcalá y Playa San Juan, en el municipio de Guía de Isora.

Meneses, Valbuena, Curbelo, Martín…

Pero no solo Podemos y los ecologistas se han manifestado en contra de ese puerto, sino incluso aquel que lo avaló en su día como alternativa a Los Cristianos, el hoy senador socialista y expresidente de la Autoridad Portuaria, Pedro Anatael Meneses, poniendo como alternativa el puerto de Granadilla, al que, curiosamente sí se opuso inicialmente. “Ahora que está construido hay que darle sentido a ese gasto de 300 millones y los otros 300 que hay que poner y podría ser la alternativa al colapso de Los Cristianos, aunque sea un poco más largo el trayecto de los barcos, tiene mejor conexión con la autopista”, comentó.

Siendo presidente de la Autoridad Portuaria, recordó, a los inicios de los años 90, le propuso al alcalde de Arona, el socialista Manuel Barrios, la ampliación del puerto de Los Cristianos, “pero él quería hacer la playa de Las Vistas” y entonces “se comenzó con el proyecto de Fonsalía, recién llegado Pedro Martín a la Alcaldía de Guía de Isora”, recuerda Meneses.

También ha advertido de los impedimentos medioambientales” el actual consejero del área en el Gobierno de Canarias, José Antonio Valbuena, recordando que hay al menos “cinco condicionantes” casi insalvables mientras ese puerto esté dentro de los 22 kilómetros de zona de Especial Conservación (ZEC) ‘Franja Marina Teno-Rasca’. Sin tapujos, el consejero de Transición Ecológica y Lucha Contra el Cambio Climático llegó a decir que “si de mí dependiera, el puerto de Fonsalía no tendría autorización ambiental”, añadiendo que “las grandes infraestructuras en Canarias, sobre todas aquellas que lleven décadas sin desarrollarse, deben ser reconsideradas”. Eso sí, matiza que en este asunto quien lleva el proyecto es su compañero en Obras Públicas, Sebastián Franquis, sabedor que su postura incómoda algún socio de Gobierno claramente favorable a Fonsalía, como el presidente de ASG y del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, que no ceja un día sí y otro también en exigir con urgencia el fin del colapso de Los Cristianos y la construcción de Fonsalía, que ahorraría tiempo “por mar y por carretera a los ciudadanos de El Hierro, La Palma y La Gomera”, descartando la idea de Granadilla como puerto alternativo.

La imagen de Hope, el calderón que fue herido mortalmente por un ferry, es el reclamo anti puerto de los ecologistas / FRANCIS PÉREZ

De esa misma opinión, sobre el tiempo empleado en el traslado, es Pedro Martín, quien además apunta que “Fonsalía serviría para reducir el CO2 de los ferris al ser menor el trayecto con las islas”, restando importancia al posible impacto ecológico con la colonia de cetáceos, al afirmar que “también hay cetáceos en Los Cristianos y allí no hay problema con los barcos”, sin recordar que a raíz de la colisión de un ferry con una ballena calderón (Hope), cuya cola partida recorrió todo el mundo tras la imagen del portuense Francis Pérez, hizo que al menos la naviera Fred Olsen tuviera que variar el recorrido más al este para evitarlas. Precisamente esa imagen de Hope es la que ha utilizado una campana en change.org contra la construcción del puerto de Fonsalía. Impulsada por un reciente artículo de National Geographic, ya ha recogido más de 300.000 firmas.

Pero no solo la mayoría de la clase política tinerfeña está a favor de Fonsalía, sino también los empresarios, incluido lo de Los Cristianos, que no ven rentabilidad al enorme tráfico de pasajeros, porque “entran y salen sin parar aquí”, comentan. Y por supuesto, también está a favor la patronal de la construcción (Fepeco), como cualquier obra. Su presidente, Óscar Izquierdo, denuncia “el noeismo en Tenerife”, pero lanza un mensaje de optimismo: “Esta vez la sociedad tinerfeña no va a caer en la trampa que ha caído otras veces de esa propaganda machacona de los noístas contra una infraestructura importante como el puerto de Fonsalía, las carreteras o el tren del Sur”, comentó, lamentando que “la Consejería de Transición Ecológica aprueba todo en Gran Canaria y en Tenerife paraliza todo”, en referencia a sus últimas decisiones, la aceptación de la hidroeléctrica Chira-Soria y el rechazo al hotel Punta de Abona en Arico.

20 años del proyecto

Aunque ya se habló de él en los años 90, el proyecto como tal no se gestó hasta 2001 tras incluirse en el Plan Canario de Puertos desarrollado por el Ejecutivo regional -con la idea de desarrollarse con construcción privada con un coste de 220 millones de euros – dio pasos para adaptar el PIOT y normas urbanísticas al proyecto. En 2006, “se declaró el carácter de Interés estratégico” para la Isla y en 2014 obtuvo la Declaración de Impacto Ambiental favorable. En diciembre de 2015, el Ejecutivo regional solicita a la Dirección General de Costas la adscripción del dominio público marítimo-terrestre. No obstante, hasta 2018 el Estado no responde y lo hace con un documento en el que detalla hasta 11 correcciones. El Ejecutivo regional argumenta, corrige o aporta a la solicitud de Costas, que replicó con nuevos inconvenientes al proyecto. Se contesta al detalle a los requerimientos en noviembre de 2019, pero desde el Estado se sigue rechazando la adscripción de esa lámina de agua.

El puerto de Fonsalía tendría una plataforma puerto-isla con cinco líneas de atraque para grandes buques, una dársena pesquera, 200 plazas de dique seco y 467 plazas de pantalán en la zona deportiva, dentro de un polígono costero de 222.000 metros cuadrados, con una inversión pública inicial de al menos 200 millones de euros.

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