Miles de personas salieron ayer a las calles de las principales ciudades francesas por sexto fin de semana consecutivo para protestar contra la implantación del conocido como pasaporte COVID. Los medios franceses informaron de protestas en Toulon, Marsella o la capital, París, aunque hay unas 200 movilizaciones convocadas en todo el país. Se esperaba una asistencia importante principalmente en el sur del país, en ciudades como Toulon, Niza, Marsella, Montpellier o Perpiñán.
En París se han producido cuatro manifestaciones, dos de ellas convocadas por colectivos de ‘chalecos amarillos’ y otra convocada por el ultraderechista Florian Philippot. “Los países están dando marcha atrás y retirando el pasaporte sanitario”, aseguró Philippot en declaraciones a la prensa.
En Montpellier hubo incidentes durante la manifestación, a la que han asistido unas 9.000 personas, por 7.500 del pasado sábado, mientras, en Toulouse, la Policía empleó gas lacrimógeno para dispersar a la multitud y se ha informado de varios lesionados por golpes e impactos de objetos lanzados durante los disturbios.
La semana pasada el Ministerio del Interior contabilizó 215.000 manifestantes, frente a los 237.000 del sábado anterior. Interior esperaba entre 170.000 y 220.000 manifestantes.
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