El Secretario de prensa del Pentágono ha informado de que ha habido una fuerte explosión en las afueras del aeropuerto Hamid Karzai de Kabul. Se trata de un ataque suicida que ha dejado al menos 13 muertos, incluyendo niños. Todo esto ocurre después de que EEUU y los países aliados hubieran alertado a los civiles afganos de que se mantuvieran lejos de la zona por las amenazas de Estado Islámico.
Miles de personas se agolpan en los accesos del aeropuerto en los últimos días para poder salir del país en alguno de los múltiples vuelos de rescate. Las tropas Occidentales trabajan en una carrera contrarreloj para evacuar a su personal y a sus colaboradores después de 20 años de guerra contra los talibanes. La fecha límite para abandonar el país es el 31 de agosto.
El Secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, informó desde el primer momento de la explosión. Una fuente diplomática señaló que en las afueras del aeropuerto de Kabul hay “enormes multitudes” pese a las advertencias de potenciales ataques por parte de Estado Islámico. Algo de lo que ya advirtió Biden el pasado martes.
Fuentes del ministerio de Defensa han señalado a EL ESPAÑOL que no hay víctimas españolas como consecuencia de este ataque, según la información con la que cuentan hasta ahora.
Por su parte, el ministerio de Defensa británico ha señalado que están trabajando para establecer qué es exactamente lo que ha ocurrido en el aeropuerto.
“Estamos trabajando con urgencia para establecer qué ha ocurrido en Kabul y cuál es su impacto en las tareas de evacuación y rescate”, ha escrito en Twitter la cuenta oficial del ministerio de Defensa británico.
“Nuestras primeras preocupaciones tienen que ver con la seguridad de nuestro personal, los ciudadanos británicos y los ciudadanos afganos. Estamos en contacto estrecho con nuestros aliados de EEUU y la OTAN para dar la respuesta adecuada a este incidente a nivel operativo”, ha publicado en un segundo tuit.
Tal y como venimos contando en EL ESPAÑOL el “alto riesgo” de atentado suicida en el aeropuerto Hamid Karzai se ha multiplicado de forma exponencial en los últimos días, de la misma forma que la tensión ha crecido significativamente a ambos lados de las puertas de acceso.
Una sensación de amenaza creciente que ha cambiado el modus operandi de las misiones de rescate. De momento, los muros del aeropuerto ya no son línea defensiva principal. Diversas fuentes informan de que esa la línea se ha retrasado decenas de metros ante el miedo a atentados suicidas en los accesos.
Además, los soldados de cualquier nacionalidad salen de esas barreras con cuentagotas y la posibilidad de realizar incursiones más al interior se ha dispersado casi por completo.
Es tan elevado el temor a un atentado que los aviones A400 del Ejército del Aire español ni siquiera paran los motores cuando aterrizan en Kabul. La posibilidad de que un solo suicida o un ataque más coordinado pueda producirse en cualquier momento en las zonas de carga ha provocado que las aeronaves españolas aterricen, se dirijan a su zona asignada, carguen a las personas destinadas a la evacuación y despeguen de inmediato y en el menor tiempo posible con rumbo de vuelta a Dubái.
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