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Patrimonio acerca a La Laguna a la normalidad postCOVID

El encuentro, que se celebró en otras 15 ciudades Patrimonio Mundial, recibió a miles de personas a lo largo de toda la jornada

Las calles de La Laguna consiguieron ayer parecerse, por momentos, a las de hace dos años, cuando la pandemia de la COVID aún no se había manifestado y ni siquiera el frío lagunero conseguía meter a sus habitantes en casa. Ayer, con la celebración durante la mañana de diversos actos de la Semana Europea de la Movilidad, y desde las seis de la tarde, la Noche del Patrimonio, un creciente flujo de personas quiso disfrutar, eso sí, con mascarilla y distancia, de lo que La Laguna, ciudad Patrimonio de la Humanidad, tiene que ofrecer. Para ello, La Noche del Patrimonio se estructuró en torno a tres apartados: Abierto Patrimonio, con jornada de puertas abiertas de monumentos y espacios culturales; Vive Patrimonio, con una oferta cultural y de ocio que se repartió por el casco histórico; y la sección Escena Patrimonio, con protagonismo de la danza y las artes escénicas contemporáneas. Esta celebración se realizó, de forma simultánea, en otras 15 ciudades Patrimonio de la Humanidad en todo el territorio nacional.

Los visitantes que se animaron a pasear ayer por La Laguna pudieron disfrutar de espectáculos de danza contemporánea, en el Antiguo Convento de Santo Domingo, donde la bailarina y coreógrafa lagunera Carmen Fumero, ofreció lo mejor de su arte.

Pero el teatro y la música también acompañaron la noche lagunera, con el concierto del tenor Celso Albelo (que sustituyó a Ahinoa Arteta), o la obra de Burka Teatro en el Cabrera Pinto. Solo unas calles más allá, en el Orfeón de la Paz, la coral Camerata Launensis hizo las delicias de los asistentes a su actuación, mientras que ya avanzada la noche, en la plaza del Cristo, el guitarrista argentino Nahuel Pennisi ofrecía un magnífico concierto.

Y en una noche dedicada al patrimonio, no podía faltar, precisamente, lo que hace de La Laguna una ciudad Patrimonio de la Humanidad, sus inmuebles más emblemáticos. La apertura de todos los espacios se produjo desde la seis de la tarde hasta las doce de la noche, excepto el Palacio de Lercaro, Museo de Historia y Antropología de Tenerife cuyo cierre tuvo lugar a las 22.00 horas.

Los espacios que abrieron al público fueron el antiguo Convento de Santo Domingo, la iglesia de Santo Domingo, el Salón de Plenos del Ayuntamiento, la Casa de los Capitanes, el Convento de Santa Clara, el Palacio de Lercaro, la sede de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, el Palacio de Salazar, el IES Canarias Cabrera Pinto, la iglesia de La Concepción y la Casa Museo Cayetano Gómez Felipe.

Todos los que quisieron conocer un poco mejor todos estos inmuebles contaron con visitas guiadas en distintos pases, con grupos limitados y según medidas de seguridad sanitaria vigente en Tenerife desde la madrugada del sábado, cuando la Isla volvió al nivel 2 sanitario. La Noche del Patrimonio finalizó a las 00.00 dejando un buen sabor de boca entre los miles de asistentes que casi tocaron con la punta de los dedos ese concepto de normalidad que tanto se echa de menos.

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