erupción en la palma

El volcán de La Palma cumple un mes de caos y pérdidas millonarias

7.000 desplazados y casi 2.000 edificaciones sepultadas bajo la colada de lava imponen la desolación en La Palma
La primera noche de la erupción en La Palma, en imágenes. | Fran Pallero

El volcán cumple mañana un mes, un espacio de tiempo que en términos geológicos es insignificante, casi irrisorio. Para los palmeros, en cambio, se ha convertido en un lapso interminable, como si la perpetuidad se hubiera adueñado de la vertiente oeste de la Isla en una conjura de ceniza y fuego.

Un mes de vida para la criatura que se abrió con dos bocas, que pasaron a ser hasta nueve, de fisuras y de comportamiento estromboliano, con episodios hawaianos, humanizado con el más puro sentimiento de odio e impotencia de los 7.000 desalojados, del encono en las autoridades, que ven la desesperación y la viven, que no pueden frenar una marea de magma alimentada por un volcán que ruge, imperturbable al dolor de los pueblos y sus gentes.

El volcán cumplirá mañana martes un mes habiendo sepultado 1.848 edificaciones, casi 700 hectáreas de una comarca donde los vecinos de siempre quieren evocar la vida de hace cuatro semanas. Alcalá, El Paraíso, El Pampillo, y la llegada a Todoque. La caída del símbolo que dio la cara a una montaña de basalto de 15 metros de altura durante días, y que se desplomó sobre sí misma al contacto con la lava: la iglesia. Cruz Chica en La Laguna y su campo de fútbol, el supermercado y antes la zona industrial del Callejón de la Gata. Quedan atrás, bajo la colada basáltica, decenas de caminos vecinales, pistas de acceso a fincas de plataneras, las esperanzas y el futuro de pequeños agricultores y latifundistas, de los peones de las bases de plátanos, empaquetados, proteas, complejos turísticos como La Plantación, decenas de casas rurales y ganado que no pudo ser liberado de algunas de las granjas, en el curso errático de la colada de un volcán que se esperaba tras el enjambre sísmico de Cumbre Vieja de aquel 11 de septiembre, precediendo a la erupción que llegó ocho días más tarde y de la que La Palma no puede despertar.

Erupción en La Palma. | Fran Pallero

El volcán tuvo durante la primera semana un proceso ágil, poderoso y tenaz, y va a cumplir un mes con más de 7.000 seísmos, los de mayor magnitud en la madrugada de este fin de semana, de 4,5 y 4,6 y en un intervalo de menos de tres horas. La Isla tiene ya 40 hectáreas más en una fajana entre la playa de Los Guirres y El Perdido, cuyos futuros usos, más allá de los 100 metros de deslinde de la línea marítimo-terrestre, es lo que menos preocupa ahora, en medio de la emergencia, a las autoridades locales e insulares, atareadas en la atención a miles de personas que están realojadas, 224 de ellas aún en el Hotel de Fuencaliente. Pabellones de deportes convertidos en roperos, dispensadores de la solidaridad llegada desde todos los puntos del país, donaciones de particulares que ya superan los cuatro millones de euros y un plan de reconstrucción para La Palma, declarada zona catastrófica por el Consejo de Ministros para auxiliar a esa comarca del Valle de Aridane a la que le cuesta reconocerse y desde donde se reza para el que volcán termine de rugir. Cuando está a punto de cumplirse el mes de vida del volcán, y cuando ha dado tiempo al relevo de militares de la UME, de agentes de la Guardia Civil, de Policía Nacional y Local y de cientos de voluntarios, sigue el goteo en la llegada de los damnificados a la Oficina de Atención a los Afectados, citados por el equipo de trabajadores sociales que intentarán despejar dudas y gestionar un futuro incierto.

La empresa pública Visocan se prepara esta semana para la entrega de las primeras 18 viviendas de un total de 300 que prevé poner a disposición de estas familias antes de que acabe el año, y se esperan más, algunas prefabricadas y a expensas de las bolsas de suelo disponibles. Las magnitudes, los sismos, el tremor y hasta la deformación del terreno forman parte de muchas conversaciones entre los palmeros, familiarizados con la interpretación del comportamiento del volcán, al que se refieren como “diablo” o “demonio”.

Erupción en La Palma. | Fran Pallero

Puerto Naos, La Bombilla, Las Hoyas y hasta Las Manchas son ahora núcleos rurales y urbanos fantasmas, deshabitados y cubiertos por toneladas de ceniza. Comparecencias diarias de la directora del IGN, María José Blanco, y del director del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, que integran parte de la rutina informativa, a la espera solo de que señalen la recta final de la crisis volcánica, que no está cercana. Cuatro visitas a la Isla del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que se han abrazado gentes desesperadas por la pérdida de hogares y recuerdos, bloqueadas por el dolor ante un futuro incierto. Ministros, consejeros regionales y directores generales en idas y venidas para atender, desde la Comisión Mixta y con la participación de hasta 10 ministerios y otras tantas consejerías regionales, las pérdidas en agricultura, turismo, industria y comercio.

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