
La necrópolis guanche de El Becerril, entre los laguneros barrios de Salud Alto, El Rocío y La Candelaria, será objeto de nuevas prospecciones y excavaciones, tanto por parte de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias como de la propia Concejalía de Patrimonio Histórico de La Laguna, para valorar si aún quedan restos arqueológicos por descubrir.
Así lo anunció ayer la concejala del área, Elvira Jorge, durante la presentación del anteproyecto del futuro Centro de Interpretación de este enclave, previsto en una parcela municipal de unos 1.000 metros cuadrados y con un presupuesto estimado de tres millones de euros. Documento que la edil dio a conocer junto a su arquitecto redactor, Joaquín Galera.
Este centro se construirá en una parcela municipal próxima al área de interés patrimonial, tendrá unos mil metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas, tres bajo rasante, y contará con espacios expositivos y también para servicios complementarios, como una cafetería con terraza y mirador, una tienda, una salón de actos, un ascensor panorámico o una cubierta con placas fotovoltáicas.
Una actuación “que va a poner en valor el patrimonio arqueológico, que en esta zona se ha invisibilizado. Nadie recordaba que ese yacimiento tan importante se descubrió ahí, no podemos dejar morir nuestra cultura y nuestra historia desde un punto de vista arqueológico. No vamos a dejar que el cemento continúe invisibilizándolo”, destacó la concejala.
Joaquín Galera explicó que el siguiente pasó será la redacción del proyecto básico y de ejecución del centro, que la Junta de Gobierno aprobó recientemente encargar a Gesplan por casi 71.000 euros. El arquitecto apuntó que “esperamos que el año que viene por estas fechas podamos empezar las obras”.
“Será el primer edificio dedicado a la cultura guanche”, valoró y, además, ayudará a “dinamizar” la actividad económica de la zona.
Declaración BIC
Mientras tanto, desde el área se continúa con otros trabajos que forman parte del proyecto, como el expediente para la declaración como BIC de este espacio. A este respecto, desde el Cabildo “nos han dicho recientemente que a priori reúne bastantes valores, que en su momento todo lo que se encontró se llevó al MUNA, pero recomendaban de forma urgente que se hicieran prospecciones intensivas y sistemáticas y que se vea qué puede quedar ahí y en base a eso se puede declarar BIC en la categoría de yacimiento arqueológico o de paisaje cultural”, indicó la edil.
Prospecciones que va a iniciar en breve la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias dentro del proyecto de Cuevas Colgadas, así como la Concejalía lagunera de Patrimonio Histórico, con fondos municipales y en coordinación con el Ejecutivo.
Además, se están manteniendo contactos con los habitantes de la zona que tienen animales ocupando algunas de las cuevas, quienes están mostrando “buena predisposición para reubicar los animales” en zonas próximas, apuntó Galera, aunque aún hay que realizar reuniones más formales para recoger y valorar sus demandas.
También “estamos planteando la posible recuperación de una presa antigua que existe”, añadió el arquitecto, y estudiando las utilidades para un depósito municipal de agua que hay cerca con una superficie muy amplia, “desde placas fotovoltaicas, hasta un mural, un jardín..”, manifestó Joaquín Galera.
Así como otras tareas como el acondicionamiento de los senderos, la limpieza del entorno, estudiar alguna fórmula para facilitar el acceso rodado a la zona o el tratamiento estético del poblado que hay allí, a través de la integración de las fachadas en el entorno, y la mejora de su seguridad.
El enclave supone un gran descubrimiento, llevado a cabo por Luis Diego Cuscoy en 1944 y 1945, por la cantidad de restos óseos de población aborigen que se encontraron.