
Santiago Mas Coma, catedrático de Parasitología de la Universidad de Valencia, experto de la OMS y coordinador de la Red de Investigación en Enfermedades Tropicales, cree que “nada indica que el coronavirus vaya a más”. “Parece como si hubiera llegado al máximo de mutaciones peligrosas”, con toda la cautela que supone esta afirmación. Mas cree que el actual repunte de contagios se debe a que “nos hemos relajado y la gente ha malentendido que una vez vacunado ya está a salvo”.
Antes de intervenir en CampusÁfrica, Santiago Mas Coma dialogó con el DIARIO sobre la actualidad del Covid y otras enfermedades emergentes. Considera que el aumento de contagios en Europea se debe “a la relajación general y el creer que el que está vacunado ya está inmunizado de por vida. Los anticuerpos neutralizantes tienen una duración determinada, decaen y habrá que ir a la tercera dosis o a la revacunación”. También tomó en cuenta “el problema del negacionismo, que sin ser serio en España, hay otros países como Alemania o Reino Unido que supone un grave problema, por su número elevado, y en una el que no se inmuniza participa en el contagio de los demás”. Además, consideró como tercera premisa que “estamos en una pandemia, el virus está en todas partes, y en un país como España en el que tenemos mucho turismo y nos llega gente sin parar que son partícipes de la entrada del coronavirus”.
Considera que “no aparece una variante peor que la delta que nos pueda hacer disparar los contagios como los anteriores” pero la incidencia volverá a subir “si no concienciamos a la población de que hay que utilizar la mascarilla, respetar las distancias e ir con cuidado en lugares cerrados y transportes”.
Cuestionado por la relación entre el cambio climático y la transmisión de enfermedades, Mas Coma recordó que hay muchas enfermedades infecciosas que “están cambiando sus características de transmisión y de incidencia en humanos y animales”. Hay que recordar que hay muchas enfermedades que “teníamos asumida una distribución geográfica determinada, y todo eso ha terminado debido al cambio climático, por tanto no nuestros sistemas de Salud no están preparados y nuestros profesionales no saben cómo diagnosticar rápidamente estas enfermedades a las que ahora se enfrentan”.
En general, las enfermedades infecto-contagiosas que más están influenciadas por el cambio climático “son las formuladas por la transmisión vectorial y las zoonóticas”. Las primeras porque el desarrollo del patógeno en el interior del mosquito, por ejemplo, está a la misma temperatura exterior y si cambia se ve afectado. Mientras las zoonóticas tienen baja especificidad y son capaces de infectar tanto al ganado como al hombre, explosionan con rapidez y generan olas aprovechando fenómenos como huracanes, tifones, etc.
Puso como ejemplo la irrupción en 2011 en Córcega de la esquistosomiasis, transmitida por los caracoles, una enfermedad que se conocía en África y que el Centro de Control de Enfermedades Europeo, con una relación de 400 enfermedades que potencialmente podrían introducirse en el continente, ni siquiera había pensado que todavía llegar. Todavía no ha podido frenarse su transmisión en la isla francesa. “Nunca lo esperamos y son enfermedades que cuando entran son muy difíciles de parar. También hemos detectado casos en el sur de España”, recordó el experto.
Además, en España incidió en la llegada de la fiebre del Nilo Occidental en los équidos, “actúan como vectores los mosquitos, alguno que no teníamos en España, y también ayudaron las aves migratorias”. La Unión Europea entregó hace unos años un gran proyecto de 11 millones de euros para investigar una serie de enfermedades relacionadas con el cambio climático, y entre ellos ese virus del Nilo, “pues en ninguno de los cinco años cuanto teníamos el dinero para trabajar tuvimos un contagio, y de golpe aparece”, lamentó.
Destacar que entre 2020 se detectaron 77 casos en humanos de la infección por virus del Nilo occidental, de ellos 73 ingresaron en el hospital, siete fallecieron y dos necesitaron una hospitalización prolongada por presentar secuelas neurológicas graves.
Precisamente otro ejemplo se ha producido en Francia, unos patos han dejado de migrar a África al ser más suave el invierno y esto ha generado un reservorio de virus y “que hayan aumentado los contagios entre la población que se baña en esos lagos”.