El fervor volvió ayer a visitar a la Siervita, tras la suspensión el pasado año por la COVID-19. Así, ni el mal tiempo ni la pandemia desanimaron ayer a quienes quisieron acercarse a rendir culto al cuerpo incorrupto de Sor María de Jesús de León Delgado, más conocida como la Siervita, formándose la ya tradicional cola ante la iglesia del convento de Santa Catalina de Siena, en el centro de La Laguna, y marcada este año por los paraguas y las medidas anti-COVID.
No es la primera vez para muchos, como Ana Morera y Nieves Pérez, quienes llevan visitando a la Siervita desde hace unos 20 años. “Descubrimos que estaba aquí y empecé a venir, porque se dice que hace milagros. Vengo por fe, siempre le pedimos”, explicó Ana, quien destacó la cola que había y que “todo el mundo guarda su distancia”, a pesar del mal tiempo, “pero otras veces hemos pasado más frío y lloviendo más”, rememoraba.
Nieves venía de La Palma y explicó que suele hacerlo “expresamente” para visitar a la Siervita, “aunque no ha sido así en esta ocasión, antes venía mi madre y varias tías y vecinos, yo creo que una vez llegamos a venir cerca de 20 personas. Y desde hace muchísimos años. Siempre que puedo intento venir, que ha sido casi todos los años. Y siempre le pido y le doy gracias”. Este año, “viniendo de La Palma y de El Paso, aunque a mí no me ha pasado nada, pero sí a familiares y amigos en común, que han perdido todo, pediré ayuda y daré gracias porque no he perdido nada”, señaló.
Carmen y Pedro son un matrimonio, y era la primera vez que acudían a formar parte de esta tradición. “Siempre habíamos tenido deseos de venir, pero por el trabajo y porque somos de Los Silos, no era posible. Y hoy coincidió que teníamos que venir a hacer una diligencia a La Laguna y entonces dijimos de ir a ver a la Siervita”, explicaba Pedro. “Venimos a pedir, porque últimamente he tenido muchos contratiempos de salud”, añadió su mujer.
Aunque no es lo más habitual, también se podía ver a algún joven en la cola, como Cristian y Cristina, de 19 y 20 años, respectivamente. “Es la primera vez que vengo, había escuchado de la monjita de La Laguna, pero en ningún momento la había venido a visitar, porque soy del Norte, pero como este año empecé la Universidad aproveché esta oportunidad para visitarla y pedirle que nos traiga mucha salud y nos conceda nuestras metas”, relataba Cristian, quien no se esperaba tanta gente para ver a la Siervita: “Hay muchísima gente, incluso lloviendo, la gente es devota. Hay que guardar un poquito de devoción y creer en algo”.
También era la primera vez para Cristina: “Yo vengo de La Palma, de Los Llanos de Aridane, y todos los años escucho que la monjita es milagrosa. Quiero pedirle sobre todo salud, que mejore la economía en mi Isla, y para los estudios”. La Siervita murió el 15 de febrero de 1731 y a los tres años de su fallecimiento, su cuerpo fue exhumado y se descubrió que estaba incorrupto, por lo que fue depositado en un artístico sarcófago policromado en el coro bajo del convento y es visitado por centenares de fieles cada 15 de febrero desde hace ya 291 años.
La iglesia permaneció ayer abierta desde las 06.00 hasta las 20.00 horas para las visitas, que se podrán realizar también este próximo domingo, de 08.00 a 20.00 horas. Además, la jornada acabó ayer con la tradicional ofrenda floral de los ayuntamientos de La Laguna y El Sauzal.
La pandemia de COVID-19 ha introducido algunos cambios este año para cumplir con todas las medidas conforme a los protocolos sanitarios establecidos, como la exigencia de guardar la distancia interpersonal, el uso de mascarilla e hidroalcohol y no llevar flores. Además, según informó el Obispado, este año no se podía escribir en los pequeños papeles que en otras ocasiones han servido para expresar las intenciones de súplicas o agradecimientos a la Siervita, por lo que se indicó que se facilitaría un código QR para que quien quisiese pudiese rellenar un formulario, a través del móvil, en el que recoger dichas intenciones.