teodoro ríos, cineasta

Teodoro Ríos, cineasta: “En mí influyó más la afición de mi padre que su profesión”

En el salón de la casa se conservan las cámaras de 8 milímetros de cuerda y el proyector Kodak de sus comienzos en el séptimo arte, junto a Santiago
Teodoro Ríos. / Fran Pallero
Teodoro Ríos, cineasta. / Fran Pallero
Teodoro Ríos Marrero es hijo de un célebre retratista nacido en Cuba. Fran Pallero

Teodoro, Santiago y Roberto Ríos son el retrato del gene artístico de ese gran pintor cubano de ascendentes palmeros. El mayor lleva su nombre. 

-¿El proyecto Atlantes sigue adelante? 
“Al no haber recibido la ayuda del Gobierno de Canarias, hemos decidido desarrollarlo con nuestros recursos”. 

-¿Cuáles son? 
“Con la productora que lleva mi hijo Guillermo. Yo estoy jubilado, aunque eso no significa que deje de crear”. 

-¿Cómo marcha? 
“Se ha puesto en marcha lentamente, en la medida de nuestras posibilidades”. 

-¿Explorando el camino? 
“Hemos traído a un guionista, que ha visitado los museos y las cuevas pintadas para documentarse”. 

-¿Ya está trabajando? 
“Sí, ha estado trabajando en un tratamiento inicial que estamos a punto de recibir”. 

-La idea se mueve… 
“A paso de tortuga”. 

-¿Para cuándo se espera que esté lista la serie? 
“Hay un gran entusiasmo, pero el capítulo piloto todavía está lejos de plasmarse”. 

-¿Qué explicaciones ofrecieron desde la Dirección General de Cultura? 
“Presenté una reclamación de cinco páginas y contestaron de forma automática”. 

-¿La habrán leído? 
“Lo que sé es que ni se dignaron a remitir una respuesta lógica a mi planteamiento”. 

-Un disgusto de aúpa… 
“Fue una ofensa poner en duda nuestra capacidad”. 

-¡Uh! 
“Así lo siento”. 

-¿De qué trata el argumento en cuestión? 
“Pretendemos hacer una serie sobre la conquista de Canarias para recuperar el relato que nunca se admitió”. 

-¿El legado extraviado? 
“El de los vencidos. Se ha borrado, no existe”. 

-¿Con qué intención abordan esta obra audiovisual? 
“Enfrentarnos con nuestra historia, sin maniqueísmo”. 

-¿Para qué? 
“Para conocer nuestro pasado, no solamente el de una parte. Somos herencia”. 

-¿La autoestima perfila la identidad colectiva? 
“Esa falta de autoestima está en nuestros genes. Y eso quiero trasladarlo a las plataformas de televisión”. 

-¿Héroes autóctonos? 
“Hay que asumir esa realidad con rigor y fuerza, siendo justos con la historia”.  

-¿Esto es una precuela de la aclamada trilogía cinematográfica? GuarapoMambí y El vuelo del guirre. 
“Ni siquiera estaba planificada la trilogía. Simplemente, surgió. Tampoco imaginábamos el éxito de Guarapo”. 

-¿Qué hubo? 
“El orgullo de ver una historia propia en la gran pantalla, que entronca con Atlantes”. 

-¿Qué queda? 
“Se va a remasterizar el original de Guarapo, en 35 milímetros, a través de la Dirección General de Patrimonio”.  

-¡Muchos años! 
“Una copia en alta calidad, 4K, irá a la Filmoteca Canaria. También hemos cedido Mambí y El vuelo del guirre”. 

-¿El ADN transmite arte? 
“Naturalmente. Lo estoy viendo en mis cuatro nietas y el nieto. Expresan interés por la pintura, la danza, el cine…”. 

-¡Asombroso! 
“¡Es fantástico!”. 

-La naturaleza es sabia… 
“Es lo que ha permitido la evolución de las especies”. 

-Pinceladas… 
“Mi padre, Teodoro Ríos Rodríguez, era uno de los grandes retratistas canarios del siglo XX”. 

-Nacido en Cuba… 
“En Cabaiguán [provincia de Camagüey], de ancestros palmeros. La mitad de sus hermanos nacieron en Cuba”. 

-Las manos de la cultura mecían la cuna… 
“A él le hubiera gustado que alguno de nosotros fuera pintor. No obstante, siempre nos trató con libertad”.  

-Se intuye que no había un cuadro de mando en la casa… 
“Yo soy el mayor y él me animaba sin llegar a forzarme”. 

-La fuerza del cariño aprieta, pero no estrangula… 
“Recuerdo haber ido en Cuba a unos grandes murales que pintó en un hospital o en la Marina de Guerra”. 

-Dio la batalla por perdida… 
“Sin embargo, mi afición al cine salió de él”.  

-Una frustración gratificante, después de todo… 
“Con sus cámaras de 8 milímetros de cuerda y el proyector Kodak empezamos los hermanos Ríos”. 

-Luces, cámaras, acción… 
“Se conservan en el salón de mi casa”. 

-El foco de la vocación iluminó otro escenario… 
“Influyó más la afición de mi padre que su profesión”. 

-¿Hay más antecedentes? 
“Mi tío Santiago, mayor que mi padre, fue el primer actor dramático de la televisión cubana”.  

-¿Un galán? 
“Con él comenzaron las telenovelas. Cuando salíamos de excursión, las fans se le tiraban para los autógrafos”. 

-¡La fama! 
“Estamos hablando de los años 52, 53…”. 

-¿Y anteriormente? 
“Mi abuelo Ignacio era hijo de comerciantes que vendían desde caramelos hasta ropa, como en las tiendas del Oeste”. 

-¡Qué ingenio! 
“Y carabinas”. 

-¡Impresionante! 
“De niño estuve en Cabaiguán, un paisaje rural con bohíos de tabaco”.  

-¡Un ambiente puro! 
“Para Mambí rodamos a los torcedores en la fábrica de Partagás en La Habana”. 

-¡Una cortinilla de humo! 
“De cincuenta años”. 

Teodoro Ríos. / Fran pallero
F.P.

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