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Educando desde la diversidad en La Laguna

La Escuela Infantil de San Matías incorpora el aprendizaje de la lengua de signos entre los más pequeños gracias a la implicación de una de sus cuidadoras
Yazmina Cabrera durante una de sus clases con los pequeños del centro.

La pequeña Fayna da golpes en la mesa. No está enfadada. Busca captar la atención de su cuidadora Yazmina porque es la forma que tiene de poder comunicarse con ella. Yazmina Cabrera trabaja desde hace dos años como auxiliar de educación infantil en la E.I. San Matías del Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna. Cada mañana imparte alguna clase de Lenguaje de Signos a los pequeños de esta escuela gestionada por Koala Escuelas Infantiles desde hace 3 años. Durante sus clases, los alumnos reaccionan con caras de asombro, con curiosidad y con afán de imitación. Ellos se comunican con Yazmina a través de la lectura labial, el tacto o mediante soporte electrónico o pizarra, y cuentan con mascarillas transparentes. “Los niños y niñas normalizan la situación, de manera intuitiva y natural. Intentan comunicarse conmigo a través de la vibración y con el tacto”, explica esta auxiliar infantil.
Yazmina padece hipoacusia que consiste en la disminución de la sensibilidad auditiva y que afecta a uno o a ambos oídos, pero esto no constituye ningún obstáculo para desarrollar su trabajo en la escuela infantil San Matías. Una profesión que eligió porque “me encanta ver la evolución de los niños y niñas en sus diferentes tipos de aprendizaje y formar parte de ese proceso. Me gratifica el vínculo afectivo que se establece entre las educadoras y los niños y niñas”, explica.
Esta tinerfeña comenzó la carrera de Pedagogía pero no le convenció, y por ello, decidió estudiar Magisterio, y cuando “comencé a desempeñar mi labor como educadora, sentí que realmente era mi vocación”, recuerda. El sueño de Yazmina es la integración de la lengua de signos en la educación desde edades tempranas “que les permita identificar la diversidad como un factor enriquecedor personal que genere un feedback entre iguales”, comenta.
Aunando esfuerzos para conseguir una mayor integración de la lengua de signos en la educación infantil, Koala Escuelas Infantiles colabora con entidades que trabajan con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas sordas. Actualmente, Koala está coordinándose con la Asociación de Personas Sordas de Tenerife (Asorte) en la intervención con menores sordos. Dicha asociación apuesta por la mejora social, educativa y cultural de las personas sordas, por difundir, defender y potenciar la Lengua de Signos Española, así como trabajar por la eliminación de las barreras de comunicación existentes en la sociedad.
La pandemia ha perjudicado la capacidad de integración de las personas sordas, sobre todo por el uso de mascarilla. “He perdido mi autonomía a la hora de relacionarme, por ejemplo, ahora para ir al médico necesito ir acompañada por alguien. Con mascarillas no puedo leer los labios y necesito hacerlo para comunicarme”, se lamenta Yazmina. Su historia es común a la de más de un millón de personas que padecen algún tipo de discapacidad auditiva en España, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

“Los niños nos imitan”
La responsable y maestra de educación infantil en la E.I. San Matías, Sandra León Armas, está encantada con el trabajo diario de Yazmina en la escuela y admite que “a la vez que ella aprende con nosotras, nosotras aprendemos con ella. Tener una compañera con discapacidad auditiva nos ayuda a trabajar la empatía y la diversidad a estas edades que lo normalizan todo”, dice. Sandra comenta que Yazmina está muy entusiasmada en integrar la lengua de signos en el programa educativo del centro y propone numerosos proyectos.
Una muestra de ello se ha producido durante la semana del Carnaval, donde el equipo educativo ha incluido palabras carnavaleras en lengua de signos y los niños han sido receptivos porque saben que así podrán comunicarse mejor con su cuidadora Yazmina. “Los niños la saludan con gestos. Ellos nos imitan y lo hacen igual que nosotras. Ellos saben que Yazmina se comunica a través de gestos y no de palabras”, explica Sandra.
“Nosotras nos sentimos muy felices de tener a Yazmina en el equipo. Esto es muy enriquecedor para todos. Hay que incorporar la lengua de signos en la educación, porque no solo existe la comunicación verbal”, reflexiona en alto mientras observa cómo Yazmina mueve las manos ante la mirada absorta de los pequeños.

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