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El Toscal destila devoción al paso del Señor de las Tribulaciones

La imagen del Señor de Santa Cruz procesiona arropado por cientos de fieles en su vuelta a las calles de la capital después de dos años de espera para venerar al protector de los chicharreros

Las mascarillas son lo único que sigue recordando que han pasado dos años en los que una pandemia nos dio la vuelta a la vida. Una oleada de muerte y desesperación como la que azotó a Santa Cruz de Tenerife allá por 1893, cuando el cólera morbo golpeaba con fuerza a una ciudad portuaria que no pudo abstraerse de una enfermedad que se expandió casi sin freno, provocando la muerta de 382 personas. Entonces, la fe y la devoción de los chicharreros por su Señor de las Tribulaciones obró el milagro, la enfermedad comenzó a controlarse y a desaparecer después de realizarse la procesión de la imagen en rogativas por las calles de la ciudad. El pueblo, agradecido, prometió que cada Martes Santo, reconocería a la milagrosa imagen su intercesión por los chicharreros, y, desde entonces, el Señor de las Tribulaciones procesiona por las calles de El Toscal. La pandemia de la COVID impidió durante estos dos años que se cumpliera esa promesa, aunque los fieles acudieron a la iglesia de San Francisco de Asís, tanto en 2020 como en 2021, para acompañarlo, pero también para pedirle su protección en este nuevo embate para la salud, esta vez mundial.

Ayer los chicharreros volvieron a arropar a su Señor de las Tribulaciones, lo hicieron de forma contundente, con cientos de personas esperándolo en la calle, pero también llenando el templo en el que, el obispo, Bernardo Álvarez, presidió la misa previa a la procesión, y en la que la comitiva municipal estuvo encabezada por el alcalde, José Manuel Bermúdez.

Los toscaleros, ansiosos de recibir y reconocer a su protector, retomaron la tradición de las alfombras de flores, que honraron a la imagen (también con lluvias de pétalos desde los balcones) en la calle que lleva su nombre desde 1894 (antes era la calle de Oriente) y que se cambió como reconocimiento al milagro que supuso parar la epidemia. Fue en esa calle, tal y como cuenta el cronista de Santa Cruz, José Manuel Ledesma, en la que más fuerte golpeó la epidemia en El Toscal, con la muerte de casi todos sus vecinos, motivo por el que el párroco de la iglesia de San Francisco en ese entonces, Santiago Beyro, pidió al Ayuntamiento que la calle pasara a llamarse Señor de las Tribulaciones.

Recuerda el cronista que, precisamente, el excepcional comportamiento de la población chicharrera durante esta epidemia sirvió para que el 23 de abril de 1894 el Consejo de Ministros concediera a Santa Cruz el título de Muy Benéfica. En 2011, el Ayuntamiento aprobó otorgar al Señor de las Tribulaciones el título oficial de Señor de Santa Cruz.

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