Aunque Jaime confiesa que fue él quien mató a su exnovia Sara, la versión que dio sobre unos hechos acaecidos en San Isidro (Granadilla) hace dos años sigue sin convencer a la Fiscalía y la acusación particular, que ayer se cargaron de razones para ello durante la segunda jornada de este juicio, que celebra en la Sección Quinta de la Audiencia provincial de Santa Cruz de Tenerife.
Por una parte, familiares, amigos y vecinos de Sara explicaron que, como resumió su propia madre, se trataba de una joven “con muchas ganas de vivir y muchos proyectos”, desmintiendo así lo asegurado por el acusado, quien llegó a decir que había acabado con su vida “por piedad”, como si a ella no le importase su propia existencia.
Tampoco gana credibilidad, precisamente, lo afirmado por Jaime acerca de que mató a Sara en medio de una pelea a tijeretazos entre ambos, por cuanto cabe recordar que los forenses no encontraron marca o herida alguna en el cuerpo del varón que sustente tal versión.
Precisamente, para la jornada de hoy están citados para declarar estos especialistas, en un juicio donde, tras reconocer el acusado que mató a Sara, de 26 años, por celos patológicos y que no pudo refrenarse, las dudas radican en si se trata de un homicidio, como sostienen tanto la Fiscalía como la defensa, o un asesinato, como asegura la acusación particular representada por el Instituto Canario de Igualdad.