Arafo vivió ayer uno de sus días más grandes y esperados. San Agustín de Las Madres volvió a bajar en romería desde el barranco de Añavingo hasta el corazón de la Villa, un encuentro que hizo aflorar los sentimientos de emoción entre los participantes y cuya celebración, con carácter extraordinario, fue por fin posible tras ser aplazada en 2021 a causa de las restricciones por la pandemia de COVID-19. Finalmente, la Comisión de Fiestas de San Agustín, la Comunidad de Aguas de Añavingo, la Parroquia y el Ayuntamiento acordaron de forma unánime la celebración de la Bajada extraordinaria, que se celebra cada cuatro años.
El ambiente festivo regresó a las calles, plazas, sociedades privadas y los hogares de la Villa de Arafo, donde volvieron los puestos tradicionales de comida y la verbena. Y, en ese contexto, la Bajada de San Agustín de las Madres desde el barranco de Añavingo era el acto más esperado y que más expectación suscitaba. Una tradición que se remonta al Siglo XVIII, cuando Juan Hernández Santiago pidió llevar la imagen de San Agustín al barranco de Añavingo con la esperanza de que el santo intercediera en la recuperación del naciente de agua, tras el desprendimiento que lo dejó sepultado cinco años antes. Y se obró el milagro, lo que provocó que el futuro de Arafo, abocado a la desaparición por no tener cómo subsistir, cambiara radicalmente y añadiera a sus muchas cualidades la de ser un pueblo agradecido y responsable, abierto y generoso. Así, cada cuatro años, se programó venerar al santo que hizo posible el resurgir del pueblo.
En la romería, que congregó a numerosos participantes, se volvió a escenificar ese agradecimiento a San Agustín, pero también la forma de ser de un pueblo con muchos valores, como suele repetir su alcalde, Juan Ramón Martín, presente ayer en los actos.
La Bajada Extraordinaria partió a las 17.00 horas desde la Gruta de San Agustín, en el barranco de Añavingo. La misa, cuando empezaba a caer la noche, fue otro de los momentos destacados, donde se reprodujeron las muestras de devoción al santo, que permanecerá en la Iglesia de San Juan Degollado hasta el próximo día 4 de septiembre.