El drama del tinerfeño Moisés: desvían su vuelo al sur pero la compañía los deja en tierra

Aena contabiliza un total de 215 vuelos cancelados en lo que va de domingo en Canarias por las lluvias derivadas de la depresión tropical Hermine. Una más de esas historias podría ser la de Moisés, pero en esta ocasión hay un añadido para él y para otras 40 personas: los desviaron al Sur, pero el avión no los esperó.

Alrededor de las 10.00 de hoy, viendo cómo se encontraba el aeropuerto de Tenerife Norte, los pasajeros del vuelo, de la compañía Vueling y con destino a Barcelona, comenzaron a pensar que el mismo “por allí” no saldría. La solución, desviar su salida al sur y poner guaguas para el transporte, pero ahí comenzaron los problemas: “Las guaguas tardaron casi cuatro horas en llevarnos a todos. La nuestra lo hizo cuatro horas y pico después de estar esperando”.

Pero la compañía les había dicho que esperarían, no habría problema. La sorpresa, para este grupo de personas, fue ver que, una vez llegados a Tenerife Sur, en las pantallas se anunciaba que el vuelo estaba embarcando, por lo que Moisés y otros pasajeros fueron rápido a la puerta de embarque.

Al llegar vieron esta cerrada. El avión los había dejado en tierra: “Preguntamos y nos dijeron que se había marchado. El problema es que preguntamos en Iberia, se han intentado poner en contacto con Vueling y no hay manera”.

De este modo, entre 40 y 50 personas esperan en Tenerife Sur una solución casi a la desesperada, pues, como en el caso de Moisés, su destino final era Roma: “Nosotros llegábamos hoy a Barcelona, dormíamos allí y ya mañana seguíamos a Roma. Al no ser con la misma compañía, perderíamos el dinero del hotel, además del otro billete. Nadie nos coge el teléfono y por internet no podemos poner la reclamación, porque, durante el proceso, se salta ese paso en su web”.

A la tensión normal de encontrarse con retrasos o cancelaciones, en este caso, de fuerza mayor por Hermine, se unen casos como el de Moisés, al que le comunicaron que el vuelo saldría, pero no llegando a poder subirse al mismo porque este partió sin él y el del resto de pasajeros de esa última guagua.