El apoyo público de la dirección del PSOE, verbalizado el pasado sábado durante el Comité Regional por el secretario general, Ángel Víctor Torres, para que José Julián Mena repita por tercera vez como candidato a la Alcaldía de Arona ha sido el detonante que ha llevado a los cuatro ediles socialistas críticos con el regidor que permanecían en el grupo de Gobierno a renunciar ayer a sus áreas de responsabilidad, aunque mantendrán sus actas de concejales.
La entrega de las delegaciones de José Luis Gómez, concejal de Juventud, Elena Cabello (Servicios Sociales), Yurena García (Participación Ciudadana) y Pura Martín (Fiestas y Mayores) se produjo en la sede del Servicio de Atención a la Ciudadanía (SAC) de Los Cristianos y confirma la imposibilidad, por si había alguna duda, de cualquier atisbo de reconciliación entre los dos sectores del partido enfrentados a escasos ocho meses de las elecciones municipales.
Los cuatro abandonan el Gobierno local molestos con su partido, al que reprochan que no haya cumplido su palabra después de que “la dirección federal del PSOE y las secretarías de Organización regional e insular, nos comunicaran en varias ocasiones su firme decisión de oponerse a que Mena repitiera como candidato en el municipio”, explican en un comunicado.
“Durante dos largos años, los seis concejales hemos mantenido la disciplina del partido, llegando al extremo de participar en reuniones organizadas por el propio PSOE para desbancar mediante una moción de censura al alcalde en coordinación con otras fuerzas políticas municipales”, indican los ediles, que aseguran que su partido les llegó a comunicar que la candidata a presidir el Consistorio y liderar el partido en Arona sería Dácil León.
Además, los concejales díscolos con Mena confirmaron ayer que trasladaron toda la información documental de la gestión pública en el Ayuntamiento que requirieron “diferentes órganos del PSOE” con el objetivo de “fortalecer la decisión” de no apoyar al actual alcalde.
La renuncia a sus delegaciones de los cuatro concejales, considerada “dentro de lo previsible” entre los siete ediles que se mantienen en el Gobierno local, obligará a la asunción de nuevas áreas de responsabilidad entre el equipo afín al regidor municipal en la recta final de mandato.
Desde el Ejecutivo municipal se ha reprochado al sector crítico durante los dos últimos años su actitud en los plenos municipales por su “indisciplina” en votaciones claves que impidieron, aseguran, que se aprobaran medidas que beneficiaban al conjunto de los vecinos y vecinas de Arona.
Precisamente, las dimisiones se produjeron en la fecha en la que José Julián Mena se convirtió en candidato a la Alcaldía, al concluir en la jornada de ayer el plazo por el que los regidores en ejercicio renuevan automáticamente sus candidaturas, excepto en los municipios de más de 20.000 habitantes, en los que la mayoría de militantes se decante por la celebración de primarias, algo que no ha ocurrido en el municipio con mayor población del sur de la Isla.
Respaldo de Torres
El pasado sábado, durante el Comité Regional del PSOE, el secretario general del partido en Canarias, Ángel Víctor Torres, respaldaba públicamente a Mena como candidato y hacía un llamamiento “para reconducir con todos los compañeros que se presentaron a las elecciones de 2019 para fortalecer y hacer más grande al PSOE de Arona, de Tenerife y de Canarias”.
Las relaciones entre los dos sectores del PSOE enfrentados en el Ayuntamiento se rompieron a raíz de la destitución del concejal de Urbanismo, Luis García, en junio de 2020, una medida que abrió una profunda crisis que el partido intentó zanjar con las expulsiones de Mena y García, y que los tribunales anularon en el caso del alcalde.
José Luis Gómez, Elena Cabello, Yurena García y Pura Martín se mantenían en el equipo de Gobierno, aunque las relaciones con Mena y sus ediles llevaban más de dos años rotas. Con anterioridad fueron destituidos Dácil León y Juan Sebastián Roque, que junto a Luis García, hoy en el grupo de no adscritos, presentaron en enero de 2021 una querella en la que acusaron al alcalde y al secretario municipal de prevaricar y cometer fraude de ley al retirar un punto del orden del día en un pleno en el que se debía de dar cuenta del pase de Mena a la condición de concejal no adscrito, lo que, de producirse, abriría la puerta a una moción de censura.
Pero la Justicia acabó, de nuevo, dándole la razón al alcalde y al secretario.
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