Franco Meloni, tan generoso como ambicioso

En San Sebastián de La Gomera son muchos aún los que recuerdan a Franco Meloni, a quien muchos apodaban como el marqués italiano, aunque no lo fuera, tal vez porque nombró al exquisito restaurante que montó como Marqués de Oristano, un guiño a su procedencia natal (Oristán, en Cerdeña).

El nombre de Francesco Meloni, al que todos conocían en la isla como Franco, fallecido hace unos años de leucemia en Mallorca, se desempolvó las últimas semanas tras el triunfo de su hija menor, Georgia, en las elecciones de Italia. La líder ultraderechista, en alianza con Berlusconi y Salvini, se convertirá a final de mes en primera ministra, bajo el slogan “Dios, patria y familia”, todo muy alejado de su progenitor, que presumía de comunista y ateo, aunque en 2007 y 2011 llegó a presentarse en Baleares con un partido liberal, Ciudadanos en Blanco.

Franco fue muy conocido en la isla durante los diez años que vivió en ella, pero son pocos los que se atreven a decir que fueron amigos suyos. Dos de ellos, el entonces alcalde de la villa, Benjamín Trujillo y el empresario de la construcción, Indalecio Darias, ya no están para contarlo. El primero le ayudó en adquirir dos viejas casonas en la capital gomera; en una de ellas, en plena calle Real, montó el lujoso restaurante Marques de Oristano, que se lo traspasaría a Indalecio Darias antes de huir a Baleares, cuando ya era investigado como narcotraficante y dejaba en la Isla una deuda superior a los 100 millones de pesetas, siendo subastadas sus propiedades.

¿Cómo llegó a La Gomera? Franco Meloni abandonó a su mujer, Anna, y a sus dos hijas, Arianna y Georgia, cuando esta última tenía dos años (1979). Su primer destino fue Brasil y allí tuvo que quemar un barco, supuestamente cargado de cocaína, antes de ser apresado. Se embarcó en un velero y llegó a principios de los ochenta a La Gomera. Compró una vieja casona y montó el restaurante, luego también abrió una discoteca en donde hoy está la Escuela de Música (Fin Fan), la segunda que tenía la Villa tras Zingaro. “Franco Meloni modernizó San Sebastián, era tan generoso como ambicioso”, comenta Carlos Jesús Pérez Simancas, coetáneo de Georgia Meloni, a quien recuerda cuando venía a ver a su padre casi todos los veranos, en San Sebastián y Playa de Santiago. Es más, “creo que un curso lo hizo en el colegio Ruiz de Padrón”.

Instalado en la Isla, Franco Meloni recibía a menudo las visitas de sus hijas, que eran cuidadas por la señora que le limpiaba la casa, hasta que en 1991 se casó con Teresa, de una familia pudiente de la capital gomera, que ya tenía dos hijos, y desde entonces Georgia dejó de hablarse con su padre. “Fue una gran boda, vino gente importante, incluso amigos suyos de Italia”, comenta el veterano fotógrafo gomero Juan Olives, que hasta hace tres años -hoy tiene 80- seguía con su cámara retratando a todos los gomeros. “Debo tener los negativos por ahí, pero encontrarlos me es imposible”, nos comentó cuando le solicitamos alguna foto. Era un tío echado para adelante, fanfarrón y generoso: “Todavía se recuerdan las fiestas que montaba en el Náutico o cuando trajo a la isla a Estefanía de Mónaco y Brigitte Nielsen”, comenta Simancas.
Olives nos confirmó que “poco después de la boda, tuvo que irse de la Isla por problemas con las drogas”, por lo que entiende que “pocos quieran hablar de él”. Su esposa, Teresa, sigue viva, ingresada en centro de Mallorca con alzhéimer, y de sus dos hijos “solo sé que pasaron un tiempo en la cárcel, pero por aquí no están”. Aunque se ha hablado de que Franco Meloni pudiera haber dejado descendencia en La Gomera, con la empleada de hogar, nadie confirma este dato. “Solo tenía las dos hijas que venían de Italia y los dos hijos de Teresa, la de Pancho”, señala Juan Olives.

Franco Meloni, antes de huir en barco a Mallorca, protagonizó otro episodio con drogas -1.000 kilos de cocaína al parecer- en la playa de La Guancha, en la capital gomera. “Salió por patas” y detuvieron en su barco ‘Caballo Loco’ a algunos chicos de la Isla, pero no a él. Aquel episodio se recordó con pintadas en la construcción de la estación de guaguas: “Franco, dónde está la droga. La droga para el pueblo”.

Detenido en Menorca en 1995 con 1.500 kilos de hachís

Francesco Meloni Incrocci fue detenido el 25 de septiembre de 1995 en Menorca, junto a los dos hijastros, cuando transportaba en un velero 1.500 kilos de hachís. Se confesó único culpable y pasó nueve años en la cárcel y cuatro sus acompañantes.