Unidas se puede se quedó sola defendiendo la reprobación de la figura del Obispo, Bernardo Álvarez, por su inacción, a juicio de la formación política, en los graves sucesos relatados por las víctimas de un presunto abuso cometido por un cura de Tejina, hace algo más de 10 años.
El resto de formaciones políticas rechazaron aprobar la moción presentada por el coportavoz de Unidas, Rubens Ascanio, alegando que no es competencia del Pleno “juzgar” a alguien al que no se le ha dado siquiera derecho a réplica, y que tampoco tiene ninguna condena en su haber. La separación de poderes, que el caso está en Fiscalía o que deben ser los jueces los que juzguen fueron algunos de los argumentos.
Todas las formaciones se apoyaron en el informe emitido por el secretario del Pleno, en el que, precisamente, se advertía de que la moción de Unidas excedía las competencias municipales, al pedir responsabilidades en otra institución. Lo que sí se aprobó fue una enmienda de sustitución en la que se manifestó la solidaridad con las víctimas de los abusos y sus familiares, así como el rechazo a cualquier acción que suponga la realización de encubrimientos de abusos.
Pero antes de defender estas posturas, los concejales escucharon el testimonio de una de las víctimas de estos presuntos abusos, Ciro Molina, quien contó lo que él y su familia han sufrido durante todos estos años. “Hemos sido víctimas del abandono”, dijo dirigiéndose a la iglesia. “No han encontrado tiempo para escucharnos, para acompañarnos. En cambio, lo que se hizo fue exhortarnos a no acudir a la jurisdicción penal, porque no había penetración, y ganaron”, explicó Molina.
Habló de las llamadas para que se retractara, las mismas que recibía su madre para que no denunciara, y que sí surtieron efecto, dijo, en otras familias que pasaron por lo mismo que él. “Todavía nadie ha contestado por qué desde los años 70 este cura estaba haciendo eso a los niños y lo único que hicieron fue cambiarlo de parroquia”, dijo. “Lo que pedimos hoy es una condena al sacerdote, pero también a los que no evitaron que siguiera haciendo lo que hacía”, añadió.
El testimonio de Ciro Molina no fue suficiente para despejar la dudas de los concejales, que, uno tras otro, expresaron su apoyo a la moción de sustitución. La excepción la protagonizó la edil de Patrimonio Histórico, Elvira Jorge, de Avante, que apoyó la moción original de Unidas “por conciencia”, rompiendo así el voto de su partido, ya que Santiago Pérez sí votó la enmienda de sustitución.
Rubens Ascanio se negó a retirar su texto y alabó la valentía de Ciro por poner “luz y voz a los abusos”, como también lo hicieron el resto de ediles. Ascanio desveló que estos días ha recibido numerosas amenazas a través de las redes sociales y también en otros ámbitos, para añadir que “no tenemos miedo”. “Duele mucho escuchar ciertas afirmaciones en este Pleno, en el que se ha reprobado a Putin, Maduro o a otros muchos y ahora no se atreven a hacerlo con la iglesia”, añadió. Negó que fuera un veredicto de culpabilidad lo que pedían, sino un “posicionamiento”.