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Aïda Ballmann: “El cine nos hace tomar conciencia de lo que somos y nos transforma al conocer otras realidades”

La actriz herreña es la directora artística del Festival Insularia. Islas en Red, que está desarrollando su sexta edición
Aïda Ballman es la directora artística del Festival Insularia. / Selu Vega

El Festival Insularia. Islas en Red despliega desde octubre la agenda de proyecciones de su sexta edición, que recorrerá todo el Archipiélago. La muestra centrada en el cine que se hace en islas de todo el planeta ha visitado El Hierro, Tenerife, La Graciosa y, justo hasta hoy, Lanzarote. La próxima parada será La Palma y luego vendrán La Gomera, Fuerteventura y Gran Canaria. La actriz herreña de origen alemán Aïda Ballmann es la directora artística de esta experiencia que se plantea con una triple perspectiva: mostrar el séptimo arte concebido en territorios insulares, en esta ocasión, el de Cuba; difundir la filmografía de autores que trabajan al margen de los canales habituales y acercarse a poblaciones que con frecuencia no disponen de la posibilidad de disfrutar de ese cine independiente en pantalla grande. Sobre el acceso de la cultura, y del cine, a toda la población y acerca de la necesidad de no dar la espalda a otras narrativas que conviven con las tendencias mayoritarias, eso que llaman mainstream, versa buena parte de esta conversación.

-Un festival de cine independiente que recorre todo el Archipiélago para mostrar la filmografía que surge en otros territorios insulares. ¿Cómo nace y cómo evoluciona la idea de llegar a lo que se asume como periferia para mostrar lo que se hace desde la periferia?
“Este proyecto surgió en 2016, aunque yo me incorporé el año pasado. El punto de partida es el hecho de que en las Islas existen muchos municipios que, de una u otra manera, están apartados de los circuitos culturales. En el caso concreto del cine, la gente tiene dificultades para moverse y acudir a una proyección o, directamente, la oferta cultural, y por tanto, también la cinematográfica, en determinados lugares es inexistente. En El Hierro, por ejemplo, en la actualidad no hay un solo cine, un espacio permanente para la exhibición de películas, aunque se está trabajando para subsanar esta carencia. De manera que desde la productora creemos que es fundamental favorecer el acceso de la población a la cultura. Porque es la cultura -y el cine- la que nos ayuda a tomar conciencia de lo que somos, a transformarnos como sociedad y también a conocer, como en este festival, las realidades de otros territorios. Este último es un aspecto muy interesante. Creemos que con lo que más se puede identificar el público canario es con aquellos proyectos que se desarrollan en otras islas. El Festival Insularia. Islas en Red es una propuesta pionera en el mundo hispano, un festival que muestra el cine rodado en otras islas del mundo. Cada año de un territorio diferente. La inspiración nos viene del Festival de Groix, una isla francesa, que está centrado en filmografías insulares”.

“Creemos que el público se puede sentir muy identificado con el cine que se hace en otras islas y por eso nació este festival”

-Vivimos en un mundo cada vez más interconectado y, sin embargo, como en otros tantos ámbitos, en el cine existe el riesgo de limitarnos a un único discurso, el que marca el mercado. ¿Qué nos estamos perdiendo si no vamos más allá de las grandes producciones?
“Esto es como si te das de alta en cualquier aplicación de contenidos digitales, en Spotify, en Netflix… Ellos deciden lo que te tiene que gustar en función de lo que ya has escuchado o visto. Pero eso necesariamente no es así. Puedes ver una película por puro entretenimiento, por evasión, porque en ese momento no te apetece una historia más profunda que te haga reflexionar, pero al día siguiente buscas algo completamente distinto. Sin embargo, la plataforma determina que ese es únicamente el tipo de cine que te gusta. De manera que nos van dando en cucharadas el contenido que se ha establecido como más comercial. Eso, de manera inevitable, deja de lado la obra, la voz, de muchísimos artistas. En un mundo tan diverso como en el que vivimos debe haber cabida para todo tipo de gustos, no solo para el más comercial, el que predomina o el que nos hacen ver que predomina. Podemos coincidir en que a muchos nos gusta cierto contenido, pero a partir de ahí las personas tenemos más facetas e inquietudes que deben ser alimentadas a través del arte. Insularia. Islas en Red está dando la oportunidad de descubrir otros lenguajes, otras expresiones artísticas. También resulta muy importante dar voz a los nuevos creadores. Con frecuencia, cuando un artista comienza, si su forma de ver las cosas, su discurso, no coincide con el que impera, puede quedar apartado ante la falta de oportunidades para mostrar sus creaciones. De manera que se produce una ruptura, se impide que ese creador continúe evolucionando en su obra y nos perderemos todo lo que podría aportarnos. Festivales como este son necesarios para lograr esa difusión del trabajo de los nuevos cineastas”.

-Este año Insularia fija la mirada en el cine hecho en Cuba fuera de los márgenes oficiales. ¿Existe algún elemento común, distintivo, en la obra de esas directoras y esos directores que deciden contar una historia desde Cuba en circunstancias que no son nada favorables?
“No existe un factor común como tal. Buena parte del contenido que ahora mostramos lo hemos sacado de un catálogo, el de la Muestra de Jóvenes Realizadores de Cuba, que se estuvo haciendo durante muchos años, pero que ha sido cancelado. De manera que el nexo que les une es el de ser jóvenes cineastas, pero a partir de ahí nos encontramos con todo tipo de géneros, casi todos a través de cortometrajes, y tenemos comedia, drama, animación, documental… Esta variedad también nos permite saciar el hambre del público, teniendo en cuenta que existe una amplia gama de preferencias y también debemos apostar por obras que no resultan tan comunes. En muchos casos, mostramos óperas primas de directores y directoras que luego han tenido un recorrido en muchos festivales, han sido galardonados y en la actualidad cuentan con un gran reconocimiento en su país y fuera de él”.

“Insularia. Islas en Red da voz a cineastas con un lenguaje propio que no siempre coincide con el que dicta el mercado”

-¿Cómo se desarrolla en el festival el proceso de búsqueda y selección de films?
“En cada edición es diferente. Tenemos varios métodos para ponernos en contacto con la isla, y la filmografía, con la que decidimos interactuar en cada ocasión. Muchas veces lo hacemos a través de instituciones que están relacionadas con el cine o con contactos directos que podamos tener, con embajadas, con otros festivales… No hay una ruta predeterminada, sino que, por decirlo así, cada año debemos buscarnos la vida para lograr acceder a este material”.

-El cine independiente, y el cine a secas, ha dejado de ser una cosa hecha prácticamente solo por hombres. ¿Queda mucho camino por delante para que las mujeres cineastas trabajen en un plano de igualdad con respecto a sus colegas?
“Hemos conseguido lo más importante, que es precisamente la toma de conciencia de que existe ese desequilibrio. A partir de ahí, resulta obvio que en la actualidad en gran parte continuamos funcionando como sociedad sirviéndonos de unos parámetros que están muy arraigados, por lo que aún resulta complicado modificarlos en busca de ese trato igualitario. No obstante, esa toma de conciencia es la que está generando en estos momentos una cierta incomodidad y también una lucha para que puedan cambiar las cosas. Queda camino por recorrer para que podamos tener la misma visibilidad las mujeres y los hombres, pero es un proceso que ya está en marcha y que requiere constancia, porque no se va a lograr el objetivo de la noche a la mañana”.

“Consumir cultura no es solo disfrutarla, también es compartirla, crearla y reflexionar juntos sobre ella”

-En buena medida, ver cine se ha convertido en una actividad doméstica, privada, y uno de los aspectos negativos de esta pandemia fue el confinamiento. En Insularia, además de teatros y auditorios, recurren a las plazas de los municipios que visitan. ¿Cómo es esa experiencia que, de algún modo, le devuelve al cine su escenario original?
“Es maravilloso. Una de las cosas que hemos querido recuperar en el festival es esa costumbre canaria de salir a la calle al atardecer, sentarse en un banco y ponerse a hablar. Un espacio en el que se comparten las experiencias y las noticias del día. Antiguamente, esto se hacía muchísimo. Era uno de los principales entretenimientos de la población. Y cuando había una festividad o una verbena, todo el pueblo acudía a la plaza. Hoy, precisamente porque la cultura se suele consumir en casa, se ha perdido ese hábito. Y también por el uso excesivo de las pantallas se está perdiendo la comunicación de tú a tú. En el festival hemos tenido experiencias superpositivas con el público en las proyecciones en plazas. A menudo, gente que pasa casualmente por allí se queda a la proyección; después surgen momentos muy divertidos, en los que los espectadores se implican con lo que se les está mostrando y ríen o lloran, se generan pequeñas tertulias tras las proyecciones… Son momentos de encuentro que queremos rescatar y potenciar, para contribuir a que se vuelva a compartir la experiencia cinematográfica”.

-Es de suponer que armar cada año un festival que se extiende por las ocho islas no resulta nada fácil. ¿Cuáles son las principales dificultades a las que se enfrentan?
“La mayor es encontrar los espacios donde realizar las proyecciones. Y esto tiene que ver, sobre todo, con las administraciones públicas. Conseguir el interés de los ayuntamientos hacia esta iniciativa y que nos apoyen ofreciéndonos algún espacio donde exhibir las obras que queremos mostrar en sus municipios. Hay algunos que desde el principio están encantados de recibir el festival y deseando que se les ofrezcan proyectos de estas características, pero hay otros que directamente no contestan. De modo que hay una gran variedad de circunstancias en cada edición. Con algunos ayuntamientos hay que estar muy encima insistiendo, otros te abren las puertas de par en par desde el comienzo. Cada año nos enfrentamos a eso, pero sí que estamos consiguiendo consolidar el festival. El Hierro se ha convertido en la sede principal de Insularia. Islas en Red. Ahí comienza y también su celebración es más prolongada. Está presente en los tres municipios, Valverde, La Frontera y El Pinar, de manera que la gente no tiene que hacer grandes desplazamientos para ver un film. El año que viene queremos incluir una programación de actividades que nos permita implicar aún más a población de todas las edades. Somos conscientes de que consumir cultura no es solo disfrutarla, sino también poder crearla, compartirla, conversar sobre ella… Tener distintas experiencias, en suma”.

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