Los efectos visibles del cambio climático se han intensificado durante los últimos ocho años, que son los más cálidos desde que hay registros, y en los que se ha observado como la subida del nivel del mar se acelera, el deshielo de los glaciares europeo bate récords y los fenómenos meteorológicos extremos provocan graves daños, según concluye el avance provisional del Informe sobre el Estado del Clima 2022 de la Organización Meteorológica Mundial.
La OMM publica este domingo el documento coincidiendo con la inauguración de la XXVII Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU en la localidad balneario de Sharm-El Sheik, en Egipto.
El análisis de la organización meteorológica estima que en la actualidad la temperatura media mundial de 2022 superará en 1,15 grados centígrados (ºC) –entre 1,02 y 1,28ºC– la media térmica del periodo preindustrial, el comprendido entre 1850 y 1900 y que la media del decenio 2013-2022 superará en 1,14ºC — de 1,02 a 1,27ºC– el valor de referencia de la etapa preindustrial.
Ese valor sobrepasa incluso las estimaciones realizadas por el Grupo Intergubernamental de Expertos de Cambio Climático de la ONU (IPCC), cuyo último informe de evaluación, el sexto, pronosticaba una subida de la temperatura global entre 2011 y 2020 de 1,09ºC.
Sin embargo, la OMM explica que a raíz del enfriamiento causado por un infrecuente triple episodio de La Niña, es probable que 2022 sea “solo” el quinto o sexto año más cálido del que se tiene constancia. Esto, según argumenta la organización, no invierte la tendencia a largo plazo, ya que estima que es “solo cuestión de tiempo” hasta que se bata el récord del año más cálido jamás registrado.
El documento observa que las señales y las consecuencias del cambio climático son cada vez “más alarmantes” puesto que desde 1993 se ha duplicado la velocidad de subida del nivel del mar, que ha aumentado casi 10 milímetros desde enero de 2020 y este año ha alcanzado un nuevo máximo. Esto significa que el 10 por ciento del incremento del nivel del mar registrado a escala mundial desde que comenzaron las mediciones por satélite hace casi 30 años se ha concentrado en los dos años y medio últimos.
También califica a 2022 como un año “excepcionalmente duro” para los glaciares de los Alpes europeos, dado que los primeros indicios apuntan a un deshielo “sin precedentes”, con pérdidas de espesor de entre 3 y 4 metros y el manto de hielo de Groenlandia perdió masa por vigésimo sexto año consecutivo y por primera vez en el mes de septiembre tuvo lluvias en vez de nevadas.
Las primeras mediciones indican que, entre 2021 y 2022, los glaciares suizos perdieron el 6 por ciento de su volumen de hielo y por primera vez en la historia, incluso en los emplazamientos de medición situados a mayor altitud, toda la nieve se función durante la temporada de verano, por lo que la acumulación de hielo fue nula. Entre 2001 y 2022, el volumen de hielo de los glaciares de Suiza disminuyó de 77 kilómetros cúbicos a 49 km3, lo que supone un descenso de más de un tercio.
Un escaso manto nivoso al final del invierno y las repetidas acumulaciones de polvo sahariano prepararon el terreno para que, entre mayo y principios de septiembre, las largas e intensas olas de calor propiciaran una pérdida de hielo sin precedentes.
El análisis señala que a raíz del aumento continuado de las concentraciones de gases de efecto invernadero y la constante acumulación de calor han provocado que los últimos ocho años sean los ocho más cálidos desde los que se tiene constancia. Pero además, el informe indica que este año las olas de calor extremas, sequías e inundaciones devastadoras han afectado a millones de personas y han ocasionado pérdidas valoradas en miles de millones.
En cuanto al calor del océano los autores destacan que también se alcanzaron niveles récord en 2021, el último año evaluado, y que los últimos 20 años lo ha hecho a una velocidad especialmente elevada.
El secretario general de la OMM, Petteri Taalas, ha advertido de que cuanto mayor sea el calentamiento, peores serán las consecuencias y añade que los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera son “tan elevados que apenas podremos limitar el calentamiento a 1,5 °C, el objetivo menos ambicioso del Acuerdo de París”.
“Ya es demasiado tarde para muchos glaciares y el deshielo continuará durante cientos, o incluso miles de años, y ello acarreará graves consecuencias para la seguridad hídrica. El ritmo de aumento del nivel del mar se ha duplicado en los últimos 30 años”, incide Taalas, que explica que aunque todavía se mide este incremento en milímetros por año, en un siglo representará un aumento del nivel de las aguas del mar de entre 50 centímetros y un metro.
“Para los países de baja altitud y para muchos millones de habitantes de zonas costeras es una grave amenaza a largo plazo”, observa.
En ese sentido, ha recordado que con demasiada frecuencia quienes menos contribuyen al cambio climático son quienes más sufren sus consecuencias, tal y como se ha visto en las “terribles” inundaciones en Pakistán y la “mortal y pertinaz sequía” que castiga el cuerno de África.
No obstante, ha añadido que también han sufrido a lo largo de este año los “estragos” de los fenómenos extremos las sociedades que están bien preparadas y ha recordado las prolongadas olas de calor y la sequía en gran parte de Europa y del sur de China.
“Los fenómenos meteorológicos extremos se están intensificando, y por ello es más importante que nunca velar por que todos los habitantes de la Tierra tengan acceso a las alertas tempranas, dado que permiten salvar vidas”, considera.
Durante la COP27 en Egipto el secretario general de la ONU, António Guterres desvelará un Plan de Acción para alcanzar en los próximos cinco años los objetivos de la iniciativa ‘Alertas Tempranas para Todos’ ya que en la actualidad, la mitad de los países del mundo carecen de sistemas de alerta temprana y ha pedido a la OMM que lidere la iniciativa.
En cuanto a las concentraciones de los principales gases de efecto invernadero en 2021 –dióxido de carbono, metano y óxido nitroso– volvieron a llegar a niveles sin precedentes. El aumento anual de la concentración de metano fue el más alto jamás registrado y los datos de las principales estaciones de seguimiento, los niveles atmosféricos de los tres gases de efecto invernadero siguieron aumentando en 2022.
La sequía dejó en situación de “crisis” alimentaria a entre 18,4 a 19,3 millones de personas en todo el mundo; los organismos humanitarios alertan de que otra estación con menos precipitaciones que la media provocará probablemente malas cosechas y agravará aún más la situación de inseguridad alimentaria en Kenia, Somalia y Etiopía.
El informe refleja los principales eventos extremos causados por el cambio climático, como las graves inundaciones en Pakistán, los ciclones en África meridional, con Madagascar con lluvias torrenciales y devastadoras crecidas; el huracán Ian en Cuba y Florida. Igualmente, China sufrió la ola de calor más extensa y pertinaz desde que hay registros y en vastas zonas de Europa se registraron repetidos episodios de calor extremo.
El caudal de los ríos europeos, como el Rin, el Loira y el Danubio, se situó en niveles críticamente bajos y a la grave sequía se sumaron en Europa los graves incendios.