ecoactualidad

Loro Parque Fundación (LPF) vela por las poblaciones del guacamayo Jacinto en Brasil

El Proyecto de conservación del gigante del mundo de los loros se realiza en colaboración con el Instituto Arara Azul
Loro Parque Fundación (LPF) vela por las poblaciones del guacamayo Jacinto en Brasil
Las poblaciones silvestres del guacamayo no alcanzan más de 5.000 ejemplares maduros

Loro Parque Fundación (LPF) apoya en Brasil un proyecto para proteger las poblaciones del loro más grande que existe en el planeta: el guacamayo Jacinto, asociado con la biodiversidad de los humedales del Pantanal. Se trabaja en el estado real de las poblaciones en el medio silvestre, la observación, la creación de nidos artificiales y la monitorización.

El proyecto de la fundación para esta especie, que ha tenido que adaptarse a los implacables incendios de los últimos años, se realiza en colaboración con el Instituto Arara Azul brasileño.

Este formidable pájaro, con más de un kilo de peso en los ejemplares adultos, está ligado a los frutos de algunas palmeras en el ecosistema donde habitan. 

Registro de especies

Gracias al estudio de censos se sabe que los guacamayos Jacintos son capaces de localizar y migrar a nuevos territorios a pesar de llevar décadas establecidos en un mismo lugar. 

Las poblaciones silvestres del guacamayo no alcanzan más de 5.000 ejemplares maduros. Y en esta especie el número es de gran importancia ya que tardan más de una década en alcanzar la madurez.

Loro Parque Fundación (LPF) vela por las poblaciones del guacamayo Jacinto en Brasil

El proyecto que apoya Loro Parque Fundación se centra en la observación de la mayor población conocida en todo el Pantanal, que es su principal ecosistema. La alimentación está ligada a la presencia del ganado pues los guacamayos persiguen los frutos digeridos de la Palmera real consumidos por el ganado. Las vacas comen estos frutos y queda el corazón sin pulpa que es como un pequeño coco. Los guacamayos los recogen del suelo. 

El proyecto también emplea nidos artificiales como herramienta de conservación, ya que debido a la deforestación estas aves no encuentran oquedades para emplazar su nido.

La monitorización en cada expedición permite a los biólogos ver la actividad iniciada en los nidos naturales y se registran otras especies que favorecen la creación de nuevos nidos. 

La presencia de depredadores y otras especies que ocupan los nidos es un fenómeno habitual e interesante puesto que forma parte de la ecología de este gigante del mundo de los loros.

Las cámaras trampa ayudan a conocer lo que ocurre en el interior de los nidos y en las zonas de bebederos de agua. Y ahora sabemos que son muchos los habitantes de un nido y los que beben en distintos horarios en los mismos puntos que lo hacen los guacamayos protegidos.

Patos, búhos, guacamayo de alas verdes y dos tipos de abeja son moradores de estos huecos naturales y también de los construidos por el ser humano.

En Loro Parque Fundación se reproduce esta especie con éxito desde hace décadas, contribuyendo a su protección y evitando el mercado ilegal que los pueda extraer del medio natural.

TE PUEDE INTERESAR