santa cruz de tenerife

Lolo Dorta, el activista tinerfeño que luchaba por los que no defendía nadie

Luchó contra los desahucios inhumanos y fue el sostén de la Acampada por una Vivienda Digna durante un año; ayudó a que Hugo tuviera un piso adaptado a sus problemas en su enésimo esfuerzo desinteresado por una sociedad mejor

El activista social tinerfeño Manuel Lolo Dorta falleció en la madrugada de hoy a los 48 años tras sufrir un colapso mientras descansaba en su domicilio pese a los esfuerzos de los sanitarios, que lucharon durante tres cuartos de hora por reanimarlo, lamentablemente sin éxito.

La muerte de Dorta, albañil de profesión pero conocido en toda la Isla por luchar denostadamente por los derechos de aquellos a los que nadie defendía, ha supuesto una conmoción profunda en amplios sectores de la sociedad tinerfeña, a tal punto que incluso partidos políticos como Unidas Podemos ya han lamentado públicamente tan triste noticia. Como no podía ser de otra manera, el propio alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, ha manifestado su pesar por el inesperado fallecimiento.

Lolo Dorta y la lucha social

Dorta era una persona que aparentaba una resistencia fuera de lo común a la hora de cargar sobre sus hombros todo tipo de problemas sociales desde la Plataforma 29-E. Gracias a su desinteresada labor y de la mano de otro activista, Eloy Cuadra, denunció reiteradamente casos de desahucios sufridos por madres con hijos menores a los que intereses económicos carentes de la más mínima fraternidad y justicia social pretendían dejar en la calle con una mano encima de la otra.

Rebelde con causa a quien no le importó ni lo más mínimo velar por sus propios intereses, Lolo Dorta se involucró hasta tal punto que fue indiscutible sostén de la Acampada por una Vivienda Digna que durante nada menos que un año acampó frente a la Presidencia del Gobierno de Canarias pese a sufrir desde ataques de vándalos nocturnos a la incomprensión por parte de las autoridades.

Lo peor, sin duda, tuvo lugar cuando trasladaron a la céntrica plaza de La Candelaria santacrucera esta reivindicación en nombre de las víctimas por una injusticia social que nadie puede negar a estas alturas dado los precios de alquileres y las consecuencias de la intervención de los fondos buitres en el sector. Una lamentable campaña de desprestigio por parte de quienes no soportan presenciar que la miseria afecta a demasiados canarios frente a un lugar tan visible de la capital tinerfeña obligó a retirar las tiendas de campaña y volver a su ubicación original.

En su tan legítima como loable manera de entender el mundo desde la perspectiva de quienes más sufren, Lolo Dorta era un radical que escuchaba pero no compartía los consejos de quienes, quizás más prácticos pero también más complacientes con la desigualdad social, le aconsejaban que tendiera puentes hacia las autoridades, pero el convencimiento de que le asistía la razón que brotaba desde su corazón, ese mismo que, sin duda sobrecargado por los problemas de los demás, le falló anoche fatídicamente, lo llevaba a criticar a diestro y siniestro, sin importarle las ampollas que causara en el poder.

Entre sus penúltimos servicios desinteresados para que la sociedad canaria en general y la tinerfeña en particular fuera mejor, consta su apoyo decidido a que Hugo, un joven de apenas 16 años tetrapléjico a cuenta de un accidente tuviera acceso a una vivienda adaptada a sus necesidades, compromiso recientemente adquirido por el Instituto Canario de la Vivienda (Icavi) en colaboración con Viviendas Sociales e Infraestructuras de Canarias (empresa pública conocida como Visocan). Sin ir más lejos, el pasado sábado, Lolo Dorta estaba al pie del cañón en una manifestación por el derecho a una vivienda digna que tuvo lugar en las calles de Santa Cruz de Tenerife.

Descanse en paz, señor Dorta. Su último servicio es el legado que nos deja y las enseñanzas fruto del mismo. 

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