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Tapiado por seguridad e higiene el edificio vandalizado en Arafo

El Ayuntamiento arafero procede a bloquear las entradas al inmueble en la Transversal Modesto Fraile Poujade para impedir que se sigan repitiendo fiestas con drogas
Bloques y cemento para cerrar las entradas a un edificio abandonado desde hace 15 años. DA
Bloques y cemento para cerrar las entradas a un edificio abandonado desde hace 15 años. DA

Desde hace una semana, como anunció en este periódico el alcalde Juan Ramón Martín, el Ayuntamiento de Arafo procedió a tapiar, con bloques y cementos, el edificio vandalizado situado en la 2ª Transversal Modesto Fraile Poujade, poco después de que un grupo de vecinos y la comunidad de propietarios del edificio El Drago, anexo al mismo, denunciaran en DIARIO DE AVISOS las condiciones de inseguridad e insalubridad que estaban soportando.

Ante esta denuncia, y después de culminar un expediente de obra de emergencia, el alcalde decretó que se tapiara el edificio abandonado hace 15 años por la constructora, aunque ha tenido que hacerse con fondos propios municipales, al no poderse localizar al propietario del mismo, aunque en el registo aparece todavía la constructora Joco Ilca SL como su administrador.

Martín le da la razón a los vecinos y afirma que “entiendo su enfado e indignación, y que estén asustados y con miedo”, pero aclara que no se ha podido actuar antes porque el expediente para actuar en una propiedad privada “es complejo”. El Ayuntamiento ha iniciado los trámites, igualmente, para repercutir los gastos a la empresa, aunque el inmueble está en camino de pasar al banco acreedor”.

Ese grupo de vecinos del municipio de Arafo, tanto a título individual como en nombre de la comunidad de propietarios del edificio El Drago, llevaban denunciando ante el Ayuntamiento de Arafo, la Policía Local y la Guardia Civil, el grave estado de inseguridad que se vive en la zona, con las “reuniones” de jóvenes en ese edificio abandonado que colinda con otros.

Según uno de los vecinos afectados, por la tarde-noche estos jóvenes realizan ventas de droga, fiestas y peleas, e incluso “invaden nuestra propiedad saltando los tejados y llegando a las azoteas. Se han producido robos”, comenta.

Según relata, los jóvenes que a menudo acudían al edificio abandonado, del que apenas quedan en pie puertas o ventanas, lleno de porquería y cristales rotos, “son del pueblo”, pero últimamente también acuden a él “los jóvenes inmigrantes que están acogidos en dos casas de Arafo. Las peleas y ruidos son continuos”.

Ante esta situación, el Ayuntamiento de Arafo también ha incrementado la presencia policial en la zona, para evitar nuevos altercados, mientras continúa cerrando todas las posibles entradas con bloques y cemento.

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