cultura

Un viaje hacia la literatura

El profesor y traductor tinerfeño Sebastian McLean debuta en la novela con ‘Tierra de Van Diemen’, una obra de aventuras ambientada en la Tasmania del siglo XIX
El escritor tinerfeño Sebastian McLean publica 'Tierra de Van Diemen'. / DA

Un viaje de 12 años por el mundo, con una mochila y un cuaderno de notas, ha dado pie a otro: literario e histórico. Sebastian McLean (Santa Cruz de Tenerife, 1984) acaba de publicar una novela, Tierra de Van Diemen, que traslada al lector a la Tasmania del siglo XIX, cuando la isla que hoy es uno de los estados que conforman Australia recibía ese nombre, para plantearle un relato de aventuras basado en la realidad, en un momento de la Historia en el que ese territorio insular constituía una vasta colonia penitenciaria del Imperio británico.

“Un hombre, Thomas Bodenham, es condenado injustamente y desterrado a esta tierra indómita. Para sobrevivir, tendrá que aliarse con forajidos, enfrentarse a la guardia inglesa, escaparse de un grupo de convictos caníbales y convivir con aborígenes”, puede leerse en la sinopsis de Tierra de Van Diemen, la primera novela de este profesor y traductor de inglés.

EL ITINERARIO

“Viajé mucho tiempo como mochilero”, detalla McLean. “Ese periplo me llevó a Australia y, una vez allí, a Tasmania”. “A partir de todo lo que vi en esos lugares, me di cuenta de que tenía una historia. Tardé mucho en escribirla, porque mi viaje continuaba, pero ahora, por fin, se ha materializado”.

El autor tinerfeño, de madre canaria y padre británico nacido en Sudáfrica, ha vivido en siete países diferentes y ha visitado más de medio centenar. Una experiencia que le ha servido también para dar forma a este proyecto: “Sobre todo, me considero un lector, pero siempre me ha gustado escribir. Creo que puedo expresar mejor muchas cosas escribiendo que de cualquier otra manera, incluso hablando. También fue un estímulo que mis textos, algunos relatos o lo que escribía en el bloc durante mis viajes, les gustasen a quienes se los he pasado, pese a que nunca pretendí que me diesen su visto bueno”.

Portada de la novela. / DA

EL PLAN

Tierra de Van Diemen, una novela de aventuras que no deja de estar pegada a la Historia -como, por ejemplo, en su alusión al genocidio de los aborígenes de Tasmania, también conocido como Guerra Negra, fechado, aunque no hay absoluto consenso, entre los años 1828 y 1832-, comenzó a fraguarse sin que el autor supiera a ciencia cierta que estaba escribiendo una novela. “De eso me di cuenta cuando iba por la mitad, más o menos. No tenía una estructura clara en mi cabeza, sino que, simplemente, yo iba escribiendo. Lo que sí hice luego, que seguro que tenía que haberlo hecho al principio [ríe], fue una especie de guion, para determinar a qué punto del relato quería llegar”.

En su doble faceta de profesor y traductor, las palabras son la herramienta de trabajo de Sebastian McLean. Y, a su vez, su profesión le ha resultado muy útil para afrontar este proyecto literario de largo recorrido. “Me ha servido para tener la perseverancia que requiere crear una novela. Escribir un relato, un poema, una canción… puede ser fruto de un momento de lucidez, de nostalgia, de arrebato, pero un libro no. Tienes que sentarte a escribir cada día, en mi caso, cada noche, y dar de lado a lo cotidiano. Si ese día ha sido el más feliz de tu vida o, en cambio, tuviste una bronca, eso no tiene importancia. Debes apartarlo de tu mente, aislarte y continuar con lo que dejaste escrito ayer”.

LECTURAS HETEROGÉNEAS PARA CONFORMAR UN ESTILO

Tanto como viajar, el oficio de lector es una gran pasión para Sebastian McLean. Un lector que toca muchos palos, subraya el autor tinerfeño, que en su biblioteca personal lo mismo posee obras de George Orwell que de Julio Verne, de Arturo Pérez-Reverte que de Franz Kafka. “La literatura anglosajona, por mi origen, es una referencia, pero no un condicionante a la hora de adquirir un libro y ponerme a leerlo. Lo mismo que jamás miro la ideología política que se refleja en un texto, tampoco tengo en cuenta cuál es su procedencia geográfica. Lo único que me importa es el estilo literario y lo que se cuenta en sus páginas”.

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