El músico y compositor japonés Ryuichi Sakamoto, uno de los pianistas y compositores más reconocidos de las últimas décadas, murió el pasado 28 de marzo a los 71 años a consecuencia de un cáncer colorrectal que sufría desde 2020, según confirmó este domingo la agencia oficial de noticias nipona Kyodo. “Mientras se encontraba en tratamiento para el cáncer descubierto en junio de 2020, Sakamoto siguió creando trabajos siempre que su salud se lo permitía. Vivió con la música hasta el final”, apuntó, asimismo, su sello discográfico, Commmons.
De acuerdo con los deseos del artista, el servicio funerario se celebraría en la intimidad, solo con su familia cercana, aunque Commmons no aportó mayores detalles y pidió que se respetara la privacidad. “Ars longa, vita brevis; El arte es largo, la vida es corta”, se destaca en el texto de Commmons, una de las frases favoritas del compositor asiático.
‘12’, LA DESPEDIDA
El pianista, que sufrió un cáncer de garganta en 2014 del que logró recuperarse, confirmó a principios de 2021 que padecía un cáncer colorrectal, que se fue extendiendo a otros órganos en forma de metástasis. Hace apenas dos meses, Ryuichi Sakamoto había publicado 12, un disco concebido a manera de despedida.
Galardonado con el Óscar a la mejor banda sonora original por la música de El último emperador (1987), el film de Bernardo Bertolucci en torno a la figura de Puyi, el último emperador de China, Sakamoto se sometió a seis cirugías el año pasado, incluyendo una de 20 horas para tratar de eliminar un tumor primario en el recto y otros que se produjeron a raíz de la metástasis.
Nacido en Tokio en 1952 y formado en composición musical en la Universidad de las Artes de la capital nipona, Ryuichi Sakamoto fue uno de los creadores japoneses más internacionales de su tiempo, con una obra compleja que ha estado formada por varias etapas, desde su primer grupo de éxito, el experimental Yellow Magic Orchestra (YMO), hasta la creación de bandas sonoras.
Sakamoto y la YMO, en la que participaba como teclista junto a Haruomi Hosono y Yukihiro Takahashi, marcaron un antes y un después en la trayectoria musical del país, como grandes impulsores de la música electrónica, y rápidamente expandieron su fama al ámbito internacional.
Con los años, Sakamoto fue estrechando su relación con el cine y acabó componiendo la banda sonora de más de 30 títulos, entre ellos el mencionado film de Bertolucci o también Snake eyes, de Brian De Palma.
RECONOCIMIENTO
En este apartado recibió numerosos premios y escribió la música de otros recordados títulos, como Feliz Navidad, Mr Lawrence (Nagisa Ôshima, 1983), en la que también actuó, junto a David Bowie, Takeshi Kitano y Tom Conti, dando vida al comandante de un campo de prisioneros japonés durante la Guerra del Pacífico; El renacido (Alejandro González Iñárritu, 2015) o Tacones Lejanos (1991), de Pedro Almodóvar.
Además, fue el compositor de la música inaugural de los Juegos Olímpicos de Barcelona, en 1992, y un intrépido aventurero en el campo de las melodías y los sonidos, como demostraba en Coda, el documental que le dedicó Stephen Nomura.
Su último concierto fue el pasado 11 de diciembre. Lo realizó en formato online, para que sus fans de diferentes husos horarios pudieran escucharlo, cuando su cáncer se encontraba ya en fase IV, por lo que muchos de sus seguidores pensaban que podía ser el último.
Ello no le impidió seguir apareciendo en actos públicos y participar en acciones sociales. El activismo le llevó durante su vida, por ejemplo, a oponerse a la invasión estadounidense de Afganistán en 2001 o a expresar su rechazo al uso de la energía nuclear, como consecuencia de la catástrofe de la central de Fukushima, tras el seísmo y el tsunami de 2011.
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