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Adiós a uno de los símbolos de la Refinería de Santa Cruz de Tenerife

Una de las chimeneas que forman parte de la unidad Visbreake comenzará a ser desmontada en los próximos días, en el marco del desmantelamiento iniciado hace un año
Adiós a uno de los símbolos de la Refinería de Santa Cruz de Tenerife

El próximo 23 de mayo se cumplirá un año del inicio oficial del desmantelamiento de la Refinería de Santa Cruz de Tenerife. Un acto simbólico que dio el pistoletazo de salida a un proceso que se va a alargar durante cinco años y que permitirá a la capital recuperar más de 500.000 metros cuadrados de suelo.

Estos días, la Refinería de Santa Cruz de Tenerife se encuentra preparando la retirada de uno de los muchos elementos con los que la ciudadanía identifica a la industria, una de las chimeneas que forma parte de la unidad Visbreaker, y que ya en el acto oficial fue señalado como el primero de los elementos que efectivamente se retiraría. La chimenea ya luce rodeada de los andamios que van a ayudar en su desmontaje y una grúa de grandes dimensiones se encargará de ello.


Durante este año, Cepsa ha ido avanzando en los distintos pasos administrativos necesarios para la paralización completa de la actividad, siendo el principal la consecución de las autorizaciones para instalar en el puerto de Granadilla los tanques de almacenaje de combustible, operación que le permitirá seguir con su actividad de distribución, una vez que ya ha abandonado la de refino de petróleo.


La chimenea en cuestión tiene una altura de 52 metros y fue pintada en su día con los colores azules que la hacen tan característica, al igual que el resto de elementos decorados con los mismos motivos, con el fin de minimizar su impacto visual.


Esta estructura forma parte de la unidad que servía para reducir la viscosidad de la carga y producir fuel oil. Tenía una capacidad de dos millones de toneladas al año, y se instaló en 1983.


La autorización para el desmontaje de la unidad de Visbreaker la recibió Cepsa en noviembre del año pasado desde la Consejería de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias. Junto a esta unidad también recibió permiso para el desmantelamiento de la unidad de hidrodesulfuración 1, dedicada a la eliminación del azufre; de la central térmica, que incluye el desmontaje de la instalación de generación de aire comprimido; y de la planta desmineralizadora. Además, se prevé el desmontaje parcial de la parte de Cotesa, que incluye la planta potabilizadora, la turbina de gas y el compresor. La autorización permite el desmontaje, retirada y transporte de estructuras, tanto metálicas como de hormigón armado, cerramientos, equipos, tuberías, cableado, aparamenta eléctrica y accesorios de cuatro unidades.

Desinplantación circular de la Refinería de Santa Cruz de Tenerife


Un proceso en el que Cepsa ha establecido una desinplantación circular, es decir, que todo lo que retire de la Refinería será aprovechado para otros usos.


Los objetivos de este proyecto son los de recuperar el mayor valor posible de los activos que ya no van a ser utilizados, alargar su vida útil y evitar que sean considerados residuos.
Este plan de trabajo es ejecutado en coordinación con las empresas de demolición y con el resto de participantes. Una de las características de este programa es que la visión, apunta Cepsa, debe ser global, evitando las ejecuciones tradicionales por unidades de trabajo completas y ejecutando una aproximación holística que analice la idoneidad de los trabajos relacionados con otras zonas de la factoría.


Apuntan desde la compañía que esta visión completa del desmantelamiento permite crear centros de recuperación de valor continuados en el tiempo y realizar inversiones a medio plazo que mejorarán los resultados con otras zonas de la factoría.


El citado plan se aplicará durante todo el proceso, que se estima finalice en 2025, y permite hacer operaciones de desagregación y tratamiento en origen, lo que proporciona ventajas como la reducción de la generación de residuos, a la vez que supone un aumento del retorno económico.

Un largo proceso


Las esperanzas de una ciudad más verde, con más dotaciones y viviendas están depositadas en la recuperación de los terrenos de la Refinería. Un proceso que, como recuerda el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, comenzó en 2018. “En ese año logramos firmar un acuerdo con Cepsa para el progresivo desmantelamiento de la Refinería, la primera que se construyó en España. Aquél acuerdo, que la oposición definió entonces como venta de humo, es hoy una realidad”.


El alcalde asegura que el Ayuntamiento está al tanto de cada uno de los pasos que la empresa está dando para desmantelar la industria. “Estamos dando los pasos, de manera coordinada con Cepsa, para que la ciudad pueda recuperar esos terrenos y empezar en breve a definir qué usos se le van a dar, de manera planificada, entre los que destacarán los dedicados a espacios verdes, equipamientos comunitarios y, por supuesto, vivienda, tanto de promoción pública como privada”.


Bermúdez concluye defendiendo que “seguimos cumpliendo los compromisos hechos públicos en 2018 y que cristalizarán en una operación única en España, y una oportunidad no solo para esta capital sino para Tenerife y Canarias”.


Y es que la colaboración entre las distintas administraciones y la propia empresa resulta fundamental para que se haga realidad esa recuperación de los 500.000 metros cuadrados de suelo. Unos pasos los que está dando Cepsa que, aunque de forma callada, comienzan a dar sus frutos, como es la retirada de esa unidad que inició ahora hace un año y que ya está punto de materializarse. Tras el desmantelamiento definitivo será el momento de centrarse en la descontaminación de los terrenos, para que, en 2030, según el calendario previsto, la Refinería de Santa Cruz pase a ser solo un recuerdo.

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