Quincy Promes, exjugador del Sevilla FC y actual delantero del Spartak de Moscú, ha sido condenado a 18 meses de prisión por apuñalar a su primo durante una fiesta familiar en julio de 2020. Aunque el tribunal de los Países Bajos determinó que los hechos estaban probados, descartó las acusaciones de intento de asesinato o homicidio involuntario.
Según relata ESPN, el jugador deberá pagar una compensación de 7.000 euros a la víctima. Sin embargo, Promes no asistió al juicio ni mostró remordimiento, lo cual fue criticado por el tribunal. Se especula que su condena habría sido menor si hubiera participado en el proceso legal.
Aunque Promes puede apelar la sentencia, es poco probable que regrese a los Países Bajos para cumplir la condena, ya que actualmente juega en Rusia y no existe un acuerdo de extradición entre ambos países.
Además del caso del apuñalamiento, Promes también está bajo investigación en los Países Bajos por presunto tráfico de drogas. Se sospecha que estuvo involucrado en el envío de cocaína a los Países Bajos o Bélgica en dos ocasiones durante 2020.
Estas acusaciones de tráfico de drogas podrían ser determinantes para que Promes cumpla su condena por el apuñalamiento, ya que podría ser arrestado si regresa a Europa o a cualquier país que tenga un tratado de extradición con los Países Bajos. Sin embargo, debido al conflicto con Ucrania, los clubes rusos no pueden participar en competiciones de la UEFA en Europa, lo que complica la situación legal del jugador.