santa cruz de tenerife

La nueva vida del bar Cantábrico: un lugar de encuentro para los vecinos del Mercado Nuestra Señora de África

Gonzalo Luzardo adquirió el local en 2015, adaptándose a los nuevos tiempos a los nuevos tiempos y abriendo una franquicia de Granier: "Aquí siguen viniendo los hijos, de los hijos de los hijos"
La nueva vida del bar Cantábrico: un lugar de encuentro para los vecinos del Mercado Nuestra Señora de África

En febrero de 2015, Gonzalo Luzardo decide comprar el bar Cantábrico, en el Mercado Nuestra Señora de África, uno de los centros neurálgicos de Santa Cruz de Tenerife. Su idea era crear un espacio -sabiendo que era un local al que “venían y siguen viniendo” varias generaciones-, nuevo pero respetando algunas señas de identidad del anterior. El local del Cantábrico, el que todos conocemos, seguirá atendiendo al público, con muchas novedades, siendo ahora un local de la cadena Granier, con cafetería y elaboración propia de productos.

La transformación, según desvela el propio Gonzalo, comienza en 2018, cuando decide tomar una medida importante, como es la de no despachar alcohol antes de las 09.00 horas: “Queríamos darle un nuevo enfoque porque la idea era abrir el local a familias y, en general, personas que quisieran pasar un rato agradable”.

Como para todos, llegó la pandemia Covid, lo que obligó a adaptarse a los nuevos tiempos, a mejorar y, sobre todo, ofrecer al cliente lo que reclama: “Se pide limpieza a todos los niveles, también visual. Acometimos una reforma integral, entre marzo y abril de 2021 porque queríamos fomentar la cocina de mercado, poder trasladarla al mediodía”.

Pero, a la vez que ese cambio se fraguaba, Gonzalo Luzardo llevaba desde 2016 trabajando con la franquicia de Granier, que siempre había considerado que aquel local del Mercado Nuestra Señora de África era “ideal” para un establecimiento de este tipo: “En el Mercado ya existe panadería, por lo que, al tratarse de una cooperativa, tenemos que respetar algunas normas. Por eso no vendemos pan aunque todos nuestros bocadillos, que se hacen en el momento, es con la calidad, reconocida, de Granier”.

Ya existían dos Granier en La Laguna, en la calle Obispo Rey Redondo y la avenida Trinidad, a los que habría que sumar el de la plaza de Weyler, en Santa Cruz de Tenerife, por lo que Gonzalo opta por convertir aquel concepto que había adquirido para el bar Cantábrico en algo que “controlaba bien” como es la panadería, cafetería, dulcería: “Monto Granier, con toda su imagen nueva, sabiendo que tenemos clientes que son hijos, de los hijos de los hijos de las personas que venían al local. El Cantábrico tenía el cliché de ser un lugar solo de desayunos, algo que hemos ido cambiando. Alguien dedicado a la hostelería me decía ‘es más fácil arrancar con un negocio desde cero que hacer lo que hiciste tú”.

Dar vida a la zona con nuevo horario

En un lugar como el Mercado Nuestra Señora de África, el nuevo Granier es lugar de paso para muchísimas personas, desde vecinos hasta visitantes, aunque el anhelo real de Gonzalo es conseguir que la gente de la zona tenga un lugar de encuentro: “Nosotros cerramos a las 19.00 horas intentando dinamizar esta zona por las tardes. Creo que la gente, pese a que hay muchas viviendas alrededor, no acaba de transitarla y queremos invitarlos a que lo hagan, encontrando un lugar agradable para tomar café, comer algo y charlar”.

Es cierto que la plaza Primero de Mayo es un lugar con mucha actividad por las mañanas pero, a partir de las 15.00 horas, cuando cesa la actividad de los edificios que ocupan oficinas públicas, esa actividad cae de manera muy acusada. Llamativo, siendo un enclave de paso en el que, además, se encuentra el TEA.

Los bocadillos, producto estrella

El nuevo Granier ofrece, además de bollería y dulcería, algunas tapas, aunque el producto estrella son sus bocadillos gourmet “hechos en el momento” con una gran variedad de panes: “Aunque no vendamos pan sí elaboramos esos bocadillos con nuestro pan, que tiene 11 horas de fermentación, de gran calidad y con una variedad muy importante. Horneamos en Weyler y lo traemos cada día. Los dulces, próximamente, se hornearán todos aquí y en el día, como hacemos también en los locales de La Laguna”.

Esa carta de panes -disponen de nueve tipos diferentes, desde el de cebolla, a la focaccia o el mollete-, les permite elaborar “los bocadillos de toda la vida”, como apunta Gonzalo: “Seguimos teniendo el de pata, lomo, tortilla francesa…Tradicionales y que nos siguen pidiendo todos nuestros clientes”.

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