“El coste de los alquileres en el sur de Tenerife amenaza con colapsar el turismo”, alerta Manuel Fitas, secretario general de Sindicalistas de Base, organización mayoritaria en el sector de la hostelería. La subida del coste de los arrendamientos en la comarca –no solo en las zonas próximas a los núcleos turísticos– golpea de lleno a los profesionales de distintos ámbitos, que se las ven y se las desean para conseguir una vivienda temporal que les permita trabajar en la comarca.
En el caso de los empleados del sector turístico, Sindicalistas de Base considera “insostenible” la situación por la “imposibilidad” de acceder a un piso donde residir. En declaraciones a este periódico, Fitas advierte sobre el “desalojo” de los trabajadores de las zonas turísticas y del encarecimiento de los alquileres “por encima de la autopista y en barrios de medianías, donde los precios no bajan de los 800 euros”. Un factor que, asegura, aleja a los profesionales de sus centros de trabajo, situación que complican aún más los turnos partidos en el sector. “¿Cómo van a venir a trabajar al restaurante de un hotel, con turno de desayuno (de 8.00 a 12.00 horas) y de cena (de 18.00 a 22.00 horas), a tanta distancia de su residencia y con el colapso del tráfico que hay?”, se pregunta.
Para el dirigente sindical, las condiciones laborales y salariales en los hoteles de Canarias son “atractivas, en líneas generales”, para que desempleados de otras islas o de la Península contemplen la opción de venir a trabajar, pero “en cuanto comprueban la imposibilidad de encontrar un hogar para sus familias, se ven obligados a descartar su traslado”, remarca Fitas.
ASHOTEL
La patronal hotelera, Ashotel, achaca el problema, sobre todo, a tres factores: la falta de pisos públicos, los fondos buitre (que han retirado oferta del mercado para especular con ella) y el fenómeno de la vivienda vacacional. Sobre este último punto, los hoteleros reiteran que esta modalidad fue concebida no como un negocio turístico, sino residencial y que el suelo destinado a hoteles y apartamentos está planificado exclusivamente para dicho uso y sujeto a normas de obligado cumplimiento.
La patronal cree que los ayuntamientos disponen de mecanismos urbanísticos para regular zonas específicas destinadas a vivienda vacacional y, sobre su explotación turística, señala que no se cumple el principio de unidad de explotación con viviendas que forman parte de un complejo turístico, tal como recoge la Ley de Ordenación del Turismo de Canarias. Con todo, Ashotel asegura que no se opone a la vivienda vacacional, “si cumple la misma normativa que el resto del sector y su existencia no signifique destrucción de empleo y la pérdida de identidad de nuestros pueblos y ciudades”.
La nueva consejera de Turismo, Jessica de León (PP), anunció el día de su toma de posesión, el pasado 15 de julio, que una de sus prioridades será “ponerle el cascabel al gato” del alquiler vacacional, es decir, regular una actividad turística en auge que tensiona el mercado de la vivienda y afecta a la prestación de servicios públicos.
El mismo día de ser investido como presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo manifestó su intención de “fijar un límite de plazas” para el alquiler vacacional y puso como ejemplo la regulación del número de camas turísticas que establece el plan territorial turístico de Tenerife. Desde la jefatura del Ejecutivo regional se recuerda que el Plan General de cualquier ciudad define el número de camas turísticas y residenciales, y ambas deben estar en concordancia.
ASOCIACIÓN ASCAV
Desde la Asociación Canaria de Viviendas Vacacionales (Ascav) se insiste en que el alquiler de una vivienda privada a un turista representa en sí el “libre ejercicio del derecho que tiene cualquier persona a alquilar su propiedad” y recuerda que “el turismo es patrimonio de todos, no de unos pocos”. El colectivo defiende que el 100% del gasto de quienes se acogen a esta modalidad de hospedaje se queda en Canarias, excepto el coste del avión, y subraya la economía que genera en supermercados, restaurantes, bares y empresas de ocio y de alquiler de coches.
Ascav se marca entre sus objetivos, como especifica en su portal de Internet, la consecución de una regulación normativa expresa para las viviendas vacacionales como tipología de “alojamiento turístico extrahotelero” y el desarrollo e impulso de la actividad de la explotación con fines turísticos.
Ahora, le toca mover ficha al Gobierno de Canarias. De momento, el gato sigue sin cascabel desde hace demasiados años, mientras el problema habitacional se agrava, especialmente en el sur de Tenerife. Las estadísticas indican que Canarias se sitúa en el furgón de cola del país en salarios y entre las comunidades que están en la punta de lanza en el incremento de los alquileres. Dos datos antagónicos tan contundentes como preocupantes.