La madre de Luis Rubiales ha iniciado esta mañana una huelga de hambre indefinida en la parroquia de la Divina Pastora, en el centro de Motril (Granada), en apoyo a su hijo, suspendido como presidente de la Real Federación Española de Fútbol este fin de semana por la FIFA tras asegurar el motrileño que no dimitiría y justificar su beso con Jennifer Hermoso asegurando que sí fue consentido.
Fuentes cercanas a la familia han señalado a Europa Press que Ángeles Béjar ha pedido tras este encierro en la iglesia, que permanece cerrada en lunes por la mañana, que Hermoso “diga la verdad” y vuelva al “criterio” que mostró tras el beso, que se producía tras la victoria de la selección española de fútbol femenino en Sidney (Australia).
Así ha asegurado que el encierro durará “hasta que se encuentre una solución a la “cacería inhumana y sangrienta que están haciendo con mi hijo con algo que no se merece”.
En la parroquia del barrio de Capuchinos han comentado que la mujer se encuentra en buen estado y rezando, después de que su hijo llegara este fin de semana a pasar unos días de descanso a Motril.