Las Teresitas en Santa Cruz es, sin duda, la playa más conocida del municipio capitalino y la única que cuenta con todos los servicios propios de un lugar de baño, como salvamento, duchas, cambiadores o hamacas y sombrillas, incluidos los chiringuitos, que, hace ya algunos años, sustituyeron a los viejos kioscos de lata. Pero la costa chicharrera, a falta de un verdadero plan de acercamiento al mar que no termina de llegar (puede que sea en este mandato), tiene al menos una veintena de puntos en los que darse un chapuzón.
Las playas más conocidas, sin duda, se encuentran en Anaga, pero también son las más peligrosas
Los más conocidos se encuentran en Anaga, en playas como la de Las Gaviotas, Almáciga, Roque de las Bodegas, o Benijos. Playas que ofrecen una estampa incomparable, pero que también son las de mayor riesgo, y en las que el trabajo de los socorristas se vuelve más importante si cabe. En esta parte del litoral, partiendo desde Las Teresitas, y en dirección al interior del macizo, se encuentra Las Gaviotas, que poco a poco va ganando en servicios, y está pendiente de que se adjudique la redacción del proyecto para mejorar su entorno y la conexión con Playa Chica (calificada por el Ayuntamiento como de uso peligroso), un proyecto que tendrá un coste de unos dos millones de euros que financiará el Cabildo de Tenerife.
Una playa algo desconocida, y que cuyo uso ha sido sustraído a los vecinos y visitantes, es la del Balayo. Probablemente se trata de la única de todo Tenerife que tiene un acceso privado, algo contrario a las normativa de Costas, pero que ninguna administración acaba de solucionar. Ahora mismo, es este órgano estatal el que está fijando el deslinde de la zona de dominio público marítimo terrestre para establecer el acceso.
En ese camino hacia las playas del macizo se encuentra la de Igueste de San Andrés, donde los vertidos la han mantenido cerrada durante años al no considerarla apta para el baño. La obra puesta en marcha por el Ayuntamiento de Santa Cruz de la mano de Emmasa, para reparar el colector, está prácticamente terminada, por lo que este es un punto que podrá recuperarse para el baño en breve.
Aunque la playa de Antequera no tiene un acceso rodado, solo se puede llegar a pie o en barco, no deja de ser uno de esos puntos que muchos visitantes se animan a visitar, bien como parte de su ruta de senderismo, o como punto en el que pasar un día de playa, con un barco que los lleve y recoja en la playa.
Y en este paseo por el litoral chicharrero se llega a Taganana, donde el Roque de las Bodegas espera. Según la información que proporciona el propio Ayuntamiento en su web, se trata de una playa semiurbana, de ambiente familiar. Arena negra y, en ocasiones, oleaje de cierta intensidad. Como todas las playas de la zona hay una gran diferencia entre la zona disponible para el ocio dependiendo de los niveles de la marea.
En Almáciga, los surfistas se encuentran, sin duda, en su hábitat natural, con una playa completamente abierta al mar, y por ello peligrosa, con corrientes cambiantes. Mismas condiciones que la playa de Benijo, donde el oleaje también es intenso, y en la que cuando sube la marea, desaparece la zona de arena. El acceso es a pie desde la costa o desde el núcleo costero que corona esta pedacito de ventana al mar. También en esta zona del litoral se encuentra la playa de Tachero.
Si este camino se iniciaba en Las Teresitas rumbo al interior de Anaga, en sentido contrario, el que va hasta la costa del Suroeste también cuenta con esas ventanas que permiten asomarse al mar, aunque el Puerto ocupe buena parte de ese camino. Así, justo al lado de Las Teresitas, ha surgido una nueva zona de baño con la construcción del dique de San Andrés, que, además de proteger al pueblo de los embates del mar, ha creado una pequeña playa que cuando baja la marea aparece para el disfrute de vecinos, y, cada vez más visitantes.
Valleseco es la siguiente parada, ese espacio en el que, en los últimos años, se han puesto los mayores esfuerzos, y que ha dado como resultado una remozada zona de baño, El Bloque, y si no hay más prórrogas, en algo más de un mes, la zona de Charcos. En medio, la pequeña playa de Acapulco que espera paciente su turno.
A partir de aquí, aunque son puntos en los que se puede acceder al mar, lo cierto es que el Ayuntamiento las tiene calificados como no aptos para el baño o directamente se prohíbe. Se trata de zonas como el Muellito del Castillo Negro, la Caleta de Negros (o playa del Parque Marítimo), o la playa de La Hondura. Tres puntos afectados por los usos de la Refinería, el Puerto y la depuradora.
El Muellito de Añaza es el único punto habilitado para el baño en el distrito Suroeste que sueña con ‘Pasea’
En ese avance hacia el litoral de Añaza, se encuentra la playa de La Ovejera, considerada peligrosa. En la misma zona están las playas del Recanto y del Muerto, categorizadas por el Ayuntamiento como de uso prohibido una y peligrosa la otra.
Y termina el recorrido en el muelle de Añaza, donde las pequeñas obras de acondicionamiento llevadas a cabo por el Ayuntamiento en los últimos años han mejorado sus servicios. Esta parte de la costa es sin duda la más prometedora tras el anuncio de retomar el proyecto Pasea, para dotar el litoral de Añaza de piscinas naturales y espacios de ocio.
El primer verano en el que está prohibido fumar en las playas
La nueva ordenanza Gestión de Residuos y Limpieza de Espacios Públicos entró en vigor a principios de este año y con ella la prohibición de fumar en la playas de la capital. Por tanto, este verano de 2023 es el primero en el que los chicharreros tienen un litoral libre de humos, al menos sobre el papel. En el artículo 43 de la ordenanza se recoge la prohibición, excepto en aquellos lugares habilitados por el Ayuntamiento. La sanción será de 750 euros por saltársela.