El incremento de las altas temperaturas durante este verano ha favorecido la proliferación de garrapatas, aumentando el riesgo de sufrir picaduras de garrapata, portadoras de más de 50 enfermedades diferentes para los seres humanos.
Aunque son parásitos que se alimentan principalmente de animales, también actúan como vectores para transmitir numerosas enfermedades a los humanos debido a que compartimos similitudes como mamíferos.
En España, el Centro Europeo para el Control de Enfermedades ha registrado seis especies de garrapatas, y las enfermedades más preocupantes para la salud humana son principalmente bacterianas, como la enfermedad de Lyme, la fiebre botonosa, la anaplasmosis y la tularemia, así como las parasitarias, como la babesiosis.
Entre las enfermedades víricas transmitidas por garrapatas se encuentran la encefalitis y la fiebre hemorrágica causada por el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, que tiene una alta mortalidad sin tratamiento.
¿Qué hacer ante las picaduras de garrapata?
El especialista en la Unidad de Patología Importada y Salud Internacional del Hospital La Paz, Fernando de la Calle, ha advertido sobre el aumento de personas que acuden a los hospitales debido a picaduras de garrapata. La recuperación de la movilidad tras la pandemia ha contribuido a este incremento.
Es fundamental estar alerta ante los signos de alarma de una posible mordedura de garrapata y, en caso de detectar síntomas graves, acudir a unidades especializadas. La retirada de la garrapata debe realizarse con pinzas o guantes finos, evitando aplastarla o usar remedios caseros como aceite o alcohol, ya que esto puede dejar parte del aparato bucal en la piel y provocar complicaciones.
El período de alimentación de la garrapata antes de transmitir la infección puede tardar hasta 48 horas, por lo que es esencial retirarla lo antes posible para reducir el riesgo de infección.
Se recomienda a las personas que hayan sido mordidas por una garrapata que estén atentas durante 10 o 14 días a la aparición de síntomas como fiebre o erupciones cutáneas, así como a signos atípicos en la piel, como una costra negra que no se cura o complicaciones como sangrado de encías o moratones.
Para facilitar el diagnóstico médico, es importante proporcionar la mayor cantidad de información posible sobre las picaduras de garrapata y cualquier síntoma relacionado. En algunos casos, la enfermedad de Lyme y otras afecciones transmitidas por garrapatas pueden ser mal diagnosticadas inicialmente, lo que puede retrasar el tratamiento adecuado.
En cuanto a las recomendaciones para evitar las picaduras de garrapatas, se aconseja utilizar ropa adecuada cuando se esté en áreas propensas a la presencia de estos arácnidos, como el campo o zonas húmedas con vegetación. También es importante proteger a las mascotas con productos desparasitarios y examinar el cuerpo cuidadosamente después de estar en áreas con garrapatas.