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El Cristo de La Laguna, La Esclavitud y las fiestas

La milagrosa imagen es una de las más veneradas y se encuentra en su Real Santuario
SANTUARIO DEL CRISTO DE LA LAGUNA. Foto: Mari Cruz del Castillo Remiro
Santuario del Cristo de La Laguna. Foto: Mari Cruz del Castillo Remiro

Por Domingo Medina.| Cuando septiembre se asoma en el calendario, La Laguna se transforma, y todas las miradas se dirigen a la imagen del Cristo lagunero, que fue realizada en madera noble de Flandes por el escultor belga Louis Van Der Vule, según investigaciones realizadas en 1999 por el profesor Francisco Galante Gómez. Anteriormente, según otros historiadores, se creía que la procedencia de la imagen era sevillana, de la Escuela Gótica Andaluza. Llega a La Laguna en 1520, después de un periplo por diferentes ciudades europeas que recaló en Sanlúcar de Barrameda y probablemente fue donada por el duque de Medina Sidonia al Adelantado, que buscaba un Crucificado para venerarlo en el convento de San Miguel de las Victorias.

Según recientes investigaciones, el Cristo llegó a la ciudad algo más tarde de lo que algunos historiadores afirman, es decir, entre 1562 y 1576, año este último en que recibe a la Virgen de Candelaria en su visita a La Laguna, según acuerdo del Cabildo de esa fecha. Parece lógico pensar que la sagrada imagen llegó a la ciudad antes del fallecimiento del Adelantado en 1525, ya que este decidió que se construyera su sepultura en el monasterio.

La milagrosa imagen del Cristo de La Laguna es una de las más veneradas y se encuentra en su Real Santuario, templo que soportó las consecuencias de las lluvias torrenciales en la noche del 24 al 25 de enero de 1713, y el grave incendio que destruyó en su totalidad el convento en la noche del 21 de julio de 1810 (libro de actas, folio 97 vto.).

La casa de los esclavos sirvió de refugio provisional a los frailes. A pesar de que el convento nunca se volvió a reconstruir en su totalidad, pese a los esfuerzos del provincial franciscano Fray Antonio Tejera, de la sociedad lagunera y la aportación de la Esclavitud, sin embargo, en un tiempo breve se reconstruyó la capilla que conocemos actualmente, uno de los templos espirituales más importantes de Canarias. Posee un retablo de plata repujada, del siglo XVIII y de estilo barroco. Su frontal es el más antiguo que se encuentra en las islas y fue donado por don Alonso de Nava y Grimón. La última restauración se efectuó en el año 2018, con la financiación del Área de Patrimonio Histórico del Cabildo de Tenerife, y la aportación de fondos propios de la Esclavitud.

LA ESCLAVITUD

El Cristo de La Laguna tiene una Esclavitud, cuando es fundada en sus comienzos, por 33 hombres, (aludiendo a la edad de Cristo) el 6 de septiembre de 1659 a iniciativa de Fray Juan de San Francisco. Su primer Esclavo Mayor fue don Fernando Arias de Saavedra. La Esclavitud es heredera de la Cofradía del Santísimo Cristo de La Laguna que se creó desde la llegada a la ciudad de la Sagrada Imagen, y que estaba compuesta por hombres y mujeres.

Por Decreto de 1892, del obispo don Ramón Torrijos y Gómez, se convierte en ilimitado el número de Esclavos. Desde su constitución se establecieron como cultos públicos principales el acompañamiento a la Santa Imagen, el Viernes Santo de madrugada y la celebración de la fiesta principal el 14 de septiembre, en conmemoración de la Exaltación de la Santa Cruz. La Esclavitud ostenta desde su fundación el título de “Venerable”, al que se le suma el de “Real” con autorización para el uso del escudo de las armas reales, por Real Orden de su Majestad don Alfonso XIII en fecha 29 de diciembre de 1906, y el de “Pontificia” concedido por el Papa Pío X, el 15 de febrero de 1908.

Con la promulgación de la conocida como Ley de Mendizábal, el 29 de julio de 1837, por la que se extinguen las Órdenes Religiosas y se incautan por el Estado los bienes de los conventos, se dispone que la capilla del Santísimo Cristo, reconstruida por la Esclavitud, pase al párroco del Sagrario de la Catedral.

Se ocupa lo que quedaba del convento, por el Batallón de las Milicias de La Laguna, siendo coronel del mismo don Cristóbal de Salazar de Frías. La Ley del 2 de septiembre de 1841, fue aun más dura que la anterior, pues supuso el despojo total de Conventos y Templos. Así que en su artículo segundo de la citada Ley dice que todos los bienes de la iglesia se incorporan al Estado. El 27 de marzo de 1847 la Esclavitud recurre al ministro de Gracia y Justicia que, tres años después, mediante una Real Orden de 21 de marzo de 1850 da la razón a la Esclavitud, ya que esta siempre ha sido una Congregación de legos, con el objeto exclusivo de dar culto al Santísimo Cristo de La Laguna. El 17 de septiembre de 1877, se autoriza al Esclavo Mayor para que se le entregue la casa propia, facilitada al Comandante Militar que se le había dado en concepto de “préstamo”.

La Junta de Gobierno de la Esclavitud del Cristo reunida el 27 de marzo de 1906, presidida por el obispo don Nicolás Rey Redondo, acordó, a petición del Esclavo Mayor don Carlos Hamilton, inscribir al Rey don Alfonso XIII en la Esclavitud y entregarle la Medalla de Oro de la misma con motivo de la visita real al Santuario. Así mismo, se acordó imponer la Medalla de Plata de la Esclavitud a los infantes doña Teresa de Borbón y Baviera y Fernando de Baviera y Borbón. Sendas medallas fueron realizadas por el orfebre lagunero Rafael Fernández Trujillo.
Con motivo de esta primera visita del Rey, el Santuario pasa a denominarse Real Santuario del Santísimo Cristo de La Laguna. El origen de las fiestas del Cristo es anterior a la fundación de la Esclavitud.

Según el historiador Núñez de la Peña, los franciscanos invitaban a un noble y persona de arraigo en la Isla para que las organizara. Aceptar este encargo se consideraba como un honor, por ello se preocupaban para organizarlas mejor que su antecesor, preparaban comedias, fuegos, saraos, torneos, libreas, toros, y carreras de sortija a caballo, actos que se celebraban en la Plaza del Adelantado, calle de La Carrera y en la Plaza del Cristo.

En el año 1630, siendo proveedor de su Santa Fiesta, Francisco Baptista Pereira de Lugo donó, y según dice la inscripción, se refiere a la cruz de plata que sustituyó a la de madera en que vino la imagen, y que se conserva en el convento de las monjas Claras de La Laguna (Núñez de la Peña).

Al ser creada la Esclavitud en 1659, el Esclavo Mayor y dos esclavos llamados diputados encargados de confeccionar los festejos comienzan con la organización de la fiesta por la propia Esclavitud.

Durante las celebraciones de las Fiestas del Cristo, el 19 de septiembre de 1667, Antonio Salazar de Frías, natural de La Laguna y residente en el palacio Salazar, construido por su padre y su abuelo en 1649, a los 19 años, murió asesinado a traición en un desafío con un amigo suyo de edad algo mayor, llamado Martín de Ascanio y Correa de Benavides. Antonio vio lucir en manos de Martín un anillo que le había regalado a una dama, así que le retó en duelo en el llano de La Laguna, detrás del Convento de San Francisco.

El joven Antonio consiguió vencer en duelo a su contendiente, que cayó mal herido y le entregó el anillo dándose por rendido. Pero, al ir a ayudarle para levantarlo del suelo, Martín de Ascanio sacó una daga y lo hirió mortalmente.

El homicida se refugió en el convento franciscano y permaneció hasta el fin de sus días, pues don Cristóbal Salazar de Frías, padre de Antonio le puso una querella familiar en la que fue sentenciado a pena de degüello.

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