Se llama Tarfaya Ofshore Shallow, y más pronto que tarde no se hablará de otra cosa en Canarias, porque así se denomina la cuadrícula geográfica donde Marruecos ha empezado a hacer efectiva su intención de explotar los yacimientos de hidrocarburos que, en realidad, debería compartir con el Archipiélago; no en balde, ambos países siguen sin hacer la tarea, tan demandada desde las Islas, de fijar una mediana para delimitar las aguas entre España y el reino alauita por estos lares.
Allí se encuentra desde hace más de una semana la plataforma petrolífera Topaz Driller (otro nombre a recordar), y que fue remolcada hasta dicha zona, situada a unos 100 kilómetros de Lanzarote, por el remolcador de bandera francesa Abeille Horizon a finales del pasado mes desde el puerto de Las Palmas de Gran Canaria, adonde arribó días antes a bordo del buque-dique Black Marlin, de la flota de Boskali.

Zona conocida
Todo ello se enmarca, como bien recuerdan los compañeros de noticiasfuerteventura.com, en las concesiones realizadas por el Gobierno de Marruecos tanto a la empresa italiana ENI como para Quatar Petroleum para esta área del Atlántico Norte que comprende “un amplio espacio en el mar frente a las costas de Sidi Ifni, Tan Tan y Tarfaya”, localidades bien conocidas para los canarios por el colonialismo español que imperó en esta parte del continente hasta hace menos de medio siglo.
Lo cierto es que Rabat también ha dado licencias similares a la británica Europa Oil%Gas respecto a una cuadrícula cercana denominada Inezgane offshore, y que también se sitúa entre Canarias y Marruecos.
Por mucho que el yacimiento a explotar (que podría traducirse en unas riquezas valoradas -a precio del barril de petróleo actual- en unos 100.000 millones de euros) se encuentra en aguas más cercanas a Marruecos que a las Islas, cualquier geólogo explica que, en realidad, se trata de bolsas submarinas cuya dimensión no responde a cualquier trazado que se realice en la superficie, pero que son extraídas por el primero que acceda a las mismas. Sin embargo -como recuerda el medio majorero-, aunque el yacimiento hubiese sido encontrado en aguas canarias, su extracción quedaría limitada a tenor de lo establecido en la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética.
Sin embargo -como recuerda el medio majorero-, aunque el yacimiento hubiese sido encontrado en aguas canarias, su extracción quedaría limitada a tenor de lo establecido en la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética.
Desde la repulsa a Repsol que trató como “tercermundistas” a los isleños
Todo apunta a que, una vez más, las relaciones entre Canarias y Marruecos -dos vecinos condenados a entenderse- volverán a enturbiarse por culpa de la desidia histórica de Madrid y Rabat a la hora de fijar finalmente una mediana entre el Archipiélago y el continente.
Esta polémica, particularmente alimentada por las riquezas detectadas bajo el fondo de las aguas que los separan, retorna con fuerza tras detectarse la presencia de la plataforma petrolífera Topaz Driller, con bandera panameña pero contratada por la empresa italiana para la explotación de hidrocarburos Enil, sobre una cuadrícula cuyos derechos de explotación ha concedido Marruecos a dicha firma del país transalpino.
El asunto ya fue considerado por los canarios como tema de especial importancia, a tal punto que la opinión pública isleña ganó el pulso a toda una multinacional como Repsol en 2015, empresa que finalmente renunció a sacar petróleo junto a las Islas por el rechazo de la población, a la que el presidente de la compañía, Antonio Brufau, llegó a calificar como “tercermundista”.
A buen seguro que la caída en Bolsa de la compañía, dada la repulsa canaria, fue lo que le hizo recoger velas y frustrar la fase extractiva prevista.