La calidad de las imágenes del video de apertura hacía visible que el acto serviría para rememorar un tiempo pasado, que en esta ocasión sí que fue mucho mejor que el presente. Nada más y nada menos que 30 años han pasado ya del debut del CD Tenerife en la desaparecida Copa de la UEFA, la actual Europa League. 10.950 días después de aquella gesta, el recuerdo de lo que se vivió aquel 1993 sigue vivo e intacto. Quedó patente, una vez más, en la noche de ayer en el Teatro Guimerá, escenario perfecto para condecorar con la insignia de oro y brillantes de la entidad a Jorge Valdano, técnico tinerfeñista entre abril de 1992 y junio de 1994. Fue la tarde-noche ideal para exaltar el orgullo de sentirse blanquiazul.
Un vídeo de unos pocos minutos repasó aquella maravillosa andadura tinerfeñista por Europa. La temperatura del histórico teatro chicharrero aumentó considerablemente cuando empezaron a verse en la pantalla a jugadores históricos como Felipe, Estebaranz, Agustín, Pier, Llorente, etc.
Tras aquel impacto de emociones, llegó el momento de que el presidente de la entidad, Paulino Rivero, diera la bienvenida a los presentes. El Guimerá reunió a una importante y destacada representación de la sociedad tinerfeña. Políticos, empresarios, exjugadores, extécnicos, aficionados y la totalidad de los medios de comunicación se unieron para ver en persona al profesional que hizo posible un milagro deportivo: clasificar a un club modesto para jugar la ya mítica Copa de la UEFA. La actual plantilla blanquiazul, acompañada por el cuerpo técnico dirigido por Asier Garitano, tampoco se perdió la ocasión de empaparse de la historia más dorada del club para el que ahora trabajan.
La llegada al escenario de Jorge Valdano fue recibida con un aplauso de esos que ponen los pelos de punta. El exentrenador argentino debió de sentirlo así, ya que se mostró muy agradecido. “Tener el privilegio de ser recibido de esta manera, sintiéndome querido, es el verdadero patrimonio con el que uno se queda. Doy las gracias por este recibimiento tan caluroso. Me siento en familia, acogido con cariño. El fútbol tiene mucho de sentimental y aquella época fue un hito, donde la isla entera empujaba al equipo”, dijo el que también fuera jugador internacional con la albiceleste.
Le acompañaba Carmelo Rivero, periodista, Premio Canarias de la Comunicación y adjunto al editor en DIARIO DE AVISOS. Precisamente Carmelo, junto a su tristemente desaparecido hermano, Martín, escribieron el libro ‘Valdano, sueños de fútbol’, un libro que describe el paso del astro argentino por una Isla que aún lo adora. “Conseguimos logros que parecían increíbles. Era un equipo ganador que jugaba muy bien al fútbol, que se ganó también el cariño fuera de Tenerife. Han pasado 30 años, pero tengo los recuerdos muy nítidos en la memoria”, indicó el extécnico, quien también se detuvo a analizar el momento actual que vive el club. “Percibo ilusión en la isla. Para el estado de fútbol actual resulta clave la cantera. Si se consigue, tarde o temprano saldrá una generación que les dará el talento, el orgullo y el sentimiento de pertenencia”, señaló.
Pasadas las 20:30 horas y con un grito espontáneo de “Jorge, vuelve a casa” finalizó un diálogo delicioso que destapó innumerables anécdotas que sucedieron en 1993 y en los años posteriores en los que Valdano dirigió al Tenerife. A continuación ascendió al escenario el actual consejo de administración del CD Tenerife. La consejera y secretaria Alba Aula Méndez leyó la resolución adoptada en la reunión del consejo por la que se concedía la más alta distinción de la entidad al exmíster.
Junto al alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, y la presidenta del Cabildo Insular, Rosa Dávila, el presidente del CD Tenerife, Paulino Rivero, regresó al escenario para que se viviera el momento culmen de la noche: la imposición de la insignia de oro y brillantes del club. El público se puso en pie para aplaudir el instante en el que el club saldaba una deuda histórica.
“Doy las gracias a la Junta Directiva por este honor. Este club y esta isla estará siempre en mi corazón. Subrayo que me siento representante de una obra colectiva, en la muchas personas fueron responsables de aquella gesta. Al tinerfeñismo le digo que el fútbol es un vehículo extraordinario, con sentimiento de pertenencia. Sentirse bien representado por un club genera orgullo. Para que los milagros sucedan, deben personarse muchas personas”, expuso ante un público que ya estaba entregado del todo a la causa.