Los comedores escolares de los centros educativos públicos se encuentran al límite de su operatividad ante la falta de personal. Al menos esta es la denuncia que realiza la Organización Canaria de Empleados de Servicios Públicos (Ocesp), sindicato que representa al personal laboral de educación, dentro del cual están los denominados auxiliares de servicios complementarios.
Son los antiguos cuidadores de comedores quienes consideran que hay un “incumplimiento sistemático” de las ratios establecidas por la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias. En su opinión, si la situación de los Centros de Educación Infantil y Primaria (CEIP) de Tenerife es “caótica”, en la comarca Sur se está rozando una realidad cercana al colapso.
Tres municipios y cuatro centros
Señalan, además, tres municipios y cuatro centros: Arona, Granadilla de Abona y Adeje. Dentro del primero, se refieren al CEIP El Fraile, en esta misma localidad; en el segundo, a los CEIP de Granadilla y Juan García Pérez, en San Isidro. En el tercero, al centro de Los Olivos.
“Son centros muy grandes, compuestos por un alumnado de 900 personas, con más de 300 comensales y dos turnos de comedor. Los trabajadores tienen que prepararlo todo, recoger y volver a montar, además de realizar las labores de cuidar a los niños en el patio. No sería posible si el propio personal directivo y docente no se implicara para ayudar a los vigilantes”, explican fuentes de Ocesp, que inciden en ese “incumplimiento sistemático” de las ratios.
Según estas, debería haber un cuidador por cada 25 alumnos de Infantil. Es decir, de entre tres y cinco años. Y uno por cada 35 de Primaria, con edades comprendidas entre los seis y los once años. “Sin embargo, esto no se cumple. El personal está sobrecargado. Donde debería haber once vigilantes, por ejemplo, nos encontramos con apenas 8 o 9, más allá de que, además, en el patio, hay una sola persona para cuidar de sesenta alumnos de menos de cinco años.
Si esta situación se alarga, muchos directores van a optar por privatizar o externalizar el servicio, lo que significa pasar de una comida de calidad a otra de tipo industrial”, apuntan las mismas fuentes sindicales.
200 bajas sin cubrir en toda Canarias
Como ejemplo de la situación de crisis se refieren a lo ocurrido en el CEIP de Las Mercedes, en La Laguna, al inicio del curso, donde el equipo directivo suspendió el servicio debido al hecho de que la Consejería de Educación no había cubierto las bajas de personal.
En ocasiones anteriores, esa fue, precisamente, la causa esgrimida para que se optara por la externalización en varios centros. Los sindicatos dan cifras elevadas de bajas sin cubrir en el personal de Administración y Servicios, lo cual estaría sobrecargando a quienes siguen en sus puestos, contribuyendo a que estos se expongan a nuevas bajas. En concreto, apuntan a un total de 200, con lo cual sería imposible cumplir con las ratios de Educación.
“Se trata de un servicio fundamental, más importante de lo que muchos creen. Es esencial educar a nuestros hijos en hábitos saludables de alimentación y de ahí que mantener el servicio público de los comedores sea clave”, subrayan desde Ocesp, sindicato que se muestra convencido de que “existe pasividad en la Consejería a la hora de sustituir las bajas o las vacaciones, además de implementar un sistema digitalizado que no es fácil de entender para trabajadores mayores que no están habituados. En estos momentos, los vigilantes no se pueden ni coger días de asuntos propios”.