Pasado y presente se fusionaron ayer ante la sede de Capitanía de la capital tinerfeña para protagonizar un cambio de guardia “histórico” con motivo de la celebración de los 300 años del traslado de la institución militar a Santa Cruz de Tenerife.
Numero público se congregó a media mañana en los aledaños de la Plaza Weyler para presenciar el solemne izado de la bandera, en el que el Regimiento de Infantería Tenerife 49 realizó un emotivo relevo entre soldados actuales y de época, recreados por los miembros de la Gesta 25 de julio.
El general de división Luis Cortés, general jefe del Estado Mayor del Mando de Canarias, acompañado por el alcalde de la ciudad, José Manuel Bermúdez, y otras autoridades militares y civiles, presidió esta celebración, que se enmarca dentro de los actos llevados a cabo para festejar los tres siglos de historia de esta efeméride.
Hay que remontarse al año 1723 cuando el comandante general de Canarias, Lorenzo Fernández de Villavicencio, decidió trasladar su residencia desde La Laguna al Castillo de San Cristóbal, ya desaparecido, lo que llevaría a Santa Cruz a tomar el testigo como sede principal de la Capitanía General de Canarias.
No obstante, sería en el año 1880 cuando el Mando de Canarias se asentaría en su actual ubicación, frente a la Plaza Weyler, una vez concluidas las obras del Palacio.
Tres años después se construyó justo enfrente de la plaza de Valeriano Weyler, en honor al último capitán general que habitó el Palacio de Carta, hasta entonces sede del Ejército.