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Felipe VI: “Hay que garantizar flujos migratorios ordenados y seguros”

El rey de España centra su discurso de recepción a embajadores en el drama actual y recuerda que “es imprescindible un diálogo constante entre los países de origen o tránsito y los de destino”
Felipe VI: “Hay que garantizar flujos migratorios ordenados y seguros”
El rey Felipe VI, ayer en el Salón del Trono del Palacio Real durante su discurso pronunciado en la recepción de embajadores. | Casa Real

El jefe del Estado español, el rey Felipe VI, aprovechó ayer su tradicional discurso de recepción al cuerpo diplomático extranjero acreditado en nuestro país para referirse al fenómeno de la migración irregular, que desde hace años se ha traducido en una crisis humanitaria de tal calibre que las aguas de Canarias se han convertido en una suerte de fosa común, mientras que el número de supervivientes que logran llegar a puerto seguro en las Islas crece a tal ritmo que se han superado todos los registros históricos en el Archipiélago.

Es “imprescindible” el diálogo constante con los países de origen y tránsito de la inmigración con el fin de que se pueda alcanzar el objetivo común de garantizar flujos migratorios “ordenados, regulares y seguros”, manifestó el monarca.

Felipe VI estuvo acompañado por la reina Letizia en un acto celebrado en el Palacio Real con la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y más de un centenar de embajadores y representantes de organismos multilaterales.

En su discurso, el rey subrayó que la inmigración es un desafío “complejo” que requiere “soluciones desde un enfoque integral y horizontal de cooperación”. “Es imprescindible un diálogo constante entre los países de origen o tránsito y los de destino si se quiere alcanzar el objetivo común de garantizar flujos migratorios ordenados, regulares y seguros”, sostuvo.

Al referirse a la relación con los países africanos, el jefe del Estado aseguró, igualmente, que España mantiene un enfoque “cercano, constructivo y con visión de futuro”, y que está plenamente comprometida con la estabilidad y la prosperidad de regiones como África Occidental y el Sahel, dos zonas del planeta de cuya estabilidad y prosperidad depende que continúe o no este éxodo masivo hacia Europa que ahora se multiplica en la ruta que opta por Canarias como escala hacia el Viejo Continente, y de la que Naciones Unidas ha constatado su altísimo coste en vidas humanas.

Estas referencias del rey a la crisis migratoria responden a lo extremo de la crisis humanitaria actual en Canarias. Además, ahora en Madrid se habla más del tema por el hacinamiento de migrantes en el aeropuerto de Barajas y que felizmente afecta a muchísimas menos personas.

El año arranca con el peor enero histórico: al menos 6.500 supervivientes

A la espera de que el Ministerio del Interior desvele las estadísticas oficiales que quincenalmente entrega sobre la migración irregular marítima hacia España, las estimaciones de DIARIO DE AVISOS -avaladas por los expertos consultados- que cifran en al menos unos 6.500 los supervivientes de la ruta atlántica convierten al mes de enero expirado ayer como el de mayor volumen de tráfico de personas desde que en 1994 llegó la primera patera a Fuerteventura con dos saharauis a bordo. Para apreciar mejor el dato, son más del doble que en 2022 (cuyo enero era el de más llegadas de la serie histórica) y multiplican por diez -de largo- las cifras del año pasado, cuando fueron poco más de 600 personas las rescatadas.

Lejos de remitir tras un pésimo 2023 en el que se pulverizaron incluso los registros de los peores años en la llamada crisis de los cayucos, la ruta atlántica amenaza con elevar esta crisis humanitaria todavía hasta niveles aún más terribles y llaman la atención dos características en la actual coyuntura.

Por una parte, que de esas 6.500 personas más de la mitad han llegado a El Hierro. Por otra, que unas ocho de diez embarcaciones han llegado desde Mauritania, país donde existen campos de refugiados procedentes de países como Mali. Por eso, las nacionalidades más comunes entre estos migrantes son subsaharianas.

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