Más de ocho años han pasado desde que una avería en la sala de máquinas obligó a cerrar la piscina municipal de Puerto de la Cruz. Fue en diciembre de 2015 y, desde entonces, los deportistas de la ciudad se han visto obligados a buscar otras instalaciones para poder entrenar.
Tras superar varias dificultades, tanto urbanísticas como técnicas, el Centro Insular de Deportes Acuáticos (Cidac) es ya una realidad que no tiene vuelta atrás, todo lo contrario. Lo único que corre atrás es el cronómetro para poder finalizar la actuación, que se encuentra en su última fase, y abrirlo al público.
“En abril estaría ultimada la obra y, aunque no se puede prever el proceso de recepción, intentaremos que en verano se abra al público”, declaró ayer a este periódico la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, durante su recorrido por las instalaciones en el marco de la visita institucional que realizó al municipio.
Dávila estuvo acompañada por el vicepresidente insular, Lope Afonso; la consejera de Deportes, Yolanda Moliné; el alcalde, Marco González, y los concejales de Ciudad Sostenible y Deportes, David Hernández y Alberto Cabo, respectivamente, además de los técnicos de la empresa pública Gestur, responsable de la redacción del proyecto.
Fue el arquitecto Lucas Delgado quien explicó los detalles técnicos de la reforma del recinto, ubicado en una parcela de 6.000 metros cuadrados ubicada en dominio público terrestre, en la que se encuentran una piscina olímpica de 50 metros, otra de 25 metros y un vaso terapéutico. A ello se suman tres salas de entrenamiento, vestuarios, oficinas, enfermería, cafetería y un espacio de gradas con una capacidad de aforo para más de 600 personas, ampliable hasta alcanzar las 1.000 localidades.
Los trabajos están siendo ejecutados por la UTE Acciona Construcción SA y Constructora de Proyectos y Obra Civil 2012 S.L. y su coste asciende a 13 millones de euros. Para el vallado del lado del mar se aprovecharon las piedras que se encontraron durante la excavación del terreno, material que no tenía interés histórico, según los informes geológicos.
A nivel de sostenibilidad, al ser una instalación descubierta, las pérdidas de temperatura de la piscina se intentaron resolver con un cobertor escamoteable, el primero que hay a nivel nacional, que ayuda a no perder temperatura durante la noche. Al estar en una zona marítima, se han hecho unos pozos de captación para aprovechar la temperatura del agua del mar y ayudar a almacenar el calor y además, toda la cubierta es fotovoltaica. “Ha sido una obra impresionante, que ha llevado largo tiempo de ejecución, pero entendíamos que el Puerto de la Cruz siempre se ha distinguido por los deportes acuáticos y, por tanto, requería de una reforma en profundidad. Este centro, completamente reformado, será un referente para toda la Isla, por eso esperamos que en los próximos meses podamos asistir a la inauguración”, declaró la presidenta.
Por su parte, el alcalde subrayó que la instalación “dejó de ser una piscina municipal deficiente -aunque con mucho legado y mucha historia- para convertirse en un centro de referencia, que nos va a dar muchas oportunidades, primero para que los clubes locales vuelvan a casa y para que la ciudad se consolide como marca destino”. “Es la ciudad más bonita del mundo y ésta, probablemente, será la mejor piscina del mundo porque podrá haber otras parecidas pero la estampa que la acompaña, con el Teide de fondo y el océano Atlántico, es única”, sostuvo González.
En la misma línea se pronunció Lope Afonso, quien dijo que este proyecto era “un auténtico sueño”, porque “pretende ser un homenaje a tantos deportistas e entidades que, desde el Puerto de la Cruz, contribuyeron a promocionar los deportes acuáticos en la Isla”. Asimismo, el presidente insular añadió que con el Cidac “se aúnan diferentes funcionalidades y objetivos: por un lado, garantizar la actividad deportiva de quienes usaban la piscina municipal antes del cierre y, por otro, la tecnificación deportiva y que se convierta en sede de competición homologada”.
El concejal de Ciudad Sostenible, David Hernández, recordó la complejidad del expediente y los obstáculos que se tuvieron que superar para que la obra se desarrollara con normalidad. También hizo hincapié en que, a pesar del impacto visual de la nueva instalación, “se tomaron medidas en torno a la sostenibilidad con el aprovechamiento de material para la construcción de los muros y la introducción de la energía geotérmica y las placas fotovoltaicas que conlleva un importante ahorro de energía”.
La obra del Centro de Deportes Acuáticos del Puerto de la Cruz finalizará en abril
La presidenta del Cabildo espera que la instalación se pueda abrir al público durante el verano; ocupa una parcela de 6.000 metros cuadrados y su coste asciende a 13 millones