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Mariola Rodríguez: la árbitra que es leyenda del voleibol tinerfeño

"Cuando llegué me encontré un deporte jugado por mujeres, pero arbitrado por hombres"
Mariola Rodríguez: la leyenda del voleibol tinerfeño

La vida de Mariola Rodríguez no se entiende sin el voleibol. No es una manera de hablar, es la realidad. Desde muy joven descubrió un deporte que la ha visto ser todo, desde jugadora a entrenadora, pero ha sido como árbitra donde ha alcanzado la felicidad. Mariola es una leyenda del deporte canario, aunque, seguramente, muchos no la conozcan.

Ahora, con motivo de su designación para ser la colegiada principal de una de las semifinales de la CEV Champions League Volley 2024 femenina, con equipos aún por clasificar, es buen momento para entenderel crecimiento, que no ha sido sencillo, de Mariola. “Desde muy jovencita compaginé ser jugadora, con árbitro y entrenadora. Es verdad que hay árbitros que no han sido ni jugadores ni entrenadores, pero es más complicado, es más fácil si ya estabas dentro de este mundo”, reconoce.

Fue con 16 años (con 13 comenzó a jugar) cuando tuvo su primera experiencia con el mundo del arbitraje: “Podías ser anotador, en categorías inferiores, y Rafa Navajas, profesor de nuestro instituto, el Ofra 5, nos dijo que para llevarnos un dinerito podíamos hacer el curso de árbitro. A los 18 ya podías dirigir a personas de más edad, pero con 16 empecé, casi como un juego para sacar un dinerillo los fines de semana”.

Entrenadora antes que árbitra

En Añaza pasó ocho años como entrenadora y formado, algo de los que Mariola Rodríguez mantienen un fenomenal recuerdo: “Jorge Arzola, que jugó en División de Honor, estuvo conmigo, o Atani, una niña que estuvo en el CV Tenerife. Luego estuve en la Pureza y estuve con Rafa Navajas, en el Programa de Ayuda al Deportista (PAD) en el IES Benito Pérez Armas, con niños que estudiaban y jugaban al voleibol. Siempre estuve al lado de Rafa echando una mano”.

Pero llegó el momento de elegir: no era sencillo compaginar todo: “Trabajo en un juzgado hasta las 15.00 o 16.00 horas y los días de guardia me resulta imposible. Es verdad que puedo disponer de unos días sin sueldo para poder hacer lo que me gusta, algo que no es sencillo en otro trabajo. Por poner un ejemplo, el año pasado, en el Europeo, estuve 21 días fuera de la Isla. Tuve que dejar todo el tema de la coordinación en el Benito Pérez Armas, del mismo modo que el club que teníamos allí para las chicas. Tuve que elegir”.

El salto a la gran élite, al escaparate internacional, sorprendió a Mariola Rodríguez. Es un lugar al que es muy, muy complicado llegar, pese a tener aptitudes, y ella lo logró: “No lo esperaba. Al tener ya cerca de 50 años, con gente muy joven, llegando fuerte, pues no lo esperas. Yo era ya árbitro internacional desde 2011 y de Superliga desde 2004, pero no esperas llegar a la Champions League. El año pasado pude ir a la máxima competición continental y no solo es dirigir a los mejores equipos de Europa, sino a junto los mejores árbitros. Así puedes aprender con ellos, con todos los compañeros, que los he tenido increíbles… Es un sueño”.

“Un deporte practicado por mujeres pero arbitrado por hombres”

Mariola, tras años, había logrado ser árbitra del deporte de su vida y, además, hacerlo en la élite. Pero quedaba algo más: hacerlo en un Campeonato de Europa. “Fue la mejor experiencia de mi vida. Hay mucha gente buena, mucha gente que lo merece y no llegamos todos. Además, tuve la suerte de estar rodeada de compañeros increíbles”.

Aquella joven de 16 años que empezó en el mundo del arbitraje por sacarse un dinerito los fines de semana lo había logrado. Y, lo más importante, lo había hecho sin olvidar los comienzos: “Era un deporte practicado por mujeres pero arbitrado por hombres. Era todo más complicado. Estaba Susana Rodríguez, referente para todas, y muy pocas chicas. Ellas empezó muy temprano y a nivel internacional, gracias a ella tuvimos ese referente. Durante muchos años éramos solo Susana y yo. Es verdad que en el voleibol nunca noté discriminación. Antonio Morales, presidente de la Federación, fue el que primero me apoyó, además de la gente de Canarias”.

Mariola recalca que nunca ha sentido en una pista un insulto machista: “Por suerte este deporte no es como otros. Desde compañeros a jugadores siempre han respetado mi labor, sino todo lo contrario, he estado muy apoyada”.

Ahora Mariola Rodríguez sigue con su trabajo, pensando en esa próxima eliminatoria de Champions y reconociendo, con naturalidad y responsabilidad, que es toda una referente: “mi mayor alegría es cuando recibo mensajes de apoyo de chicos y chicas. Yo doy clases de arbitraje y a esa gente hay que apoyarla, porque hace un gran sacrificio por esto”.

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