Colchones y otros enseres se amontonan en la mañana de este martes frente al edificio Chasna, en Costa del Silencio (Arona), debido al desalojo que se está llevando a cabo esta mañana tras la orden del Juzgado de Primera Instancia Nº3 de Arona ante “los problemas estructurales de la construcción, que tiene riesgo de derrumbe”, según explicó a este periódico el viernes pasado Ruth Martín, concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento aronero.
Nora Elena y su marido son una de las más de 90 familias afectadas por una situación que, literalmente, les dejará en la calle. Ambos esperan, junto con sus pertenencias, una solución rápida que evite que tengan que dormir frente al edificio Chasna: “No tenemos un sitio al que ir, no nos han ofrecido nada… Nuestra intención es quedarnos aquí, por fuera”, detalla la mujer.
Disconformidad de los afectados
El portavoz de los vecinos, ante el inminente desalojo, comentó ayer lunes a DIARIO DE AVISOS que “la alcaldesa, Fátima Lemes, se personó por la mañana y se comprometió a hablar con el decano para intentar conseguir que la orden judicial de desahucio se prorrogue, como ocurre en otros casos de desalojo”.
La disconformidad que tienen los afectados viene dada porque, como ya aclaró la concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento aronero, Ruth Martín, en “casos normales de desalojo, primero se piden unos informes al Ayuntamiento para que analice las realidades de las familias y, atendiendo a su vulnerabilidad, se suele paralizar el lanzamiento durante unos meses. Sin embargo, aquí no se han atendido los informes, al haber un documento urbanístico sobre los problemas estructurales del edificio”.
Por ello, y ante la negativa de Arona, los vecinos han recurrido al Constitucional: “Esta mañana (por ayer), nos respondió que admitía a trámite nuestro recurso y que tendríamos una respuesta en un corto periodo de tiempo”. Al cierre de esta edición, aún no tenían noticias al respecto. “Hay gente aquí que no tiene a dónde ir y que necesita, por ejemplo, enchufar el oxígeno que le permite vivir. ¿Dónde irán ahora? Nos da rabia que este edificio, que en su día encontramos abandonado, lo hayamos rehabilitado para hacerlo habitable, todo sin pedirle nada a nadie, y, ahora, todo lo invertido con nuestro dinero sea en vano”, manifestó el portavoz.