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Semana Santa en las calles laguneras (I)

Semana Santa en las calles laguneras (I)
Semana Santa en las calles laguneras (I). | Foto: Mari Cruz del Castillo Remiro

En el primer Concilio de Nicea, celebrado por la Iglesia Católica, entre el 20 de mayo y el 19 de junio del año 325, en la ciudad de Nicea en el imperio romano (hoy, Turquía), se tomó entre otros el acuerdo de cuándo se debería celebrar la Pascua, y para no coincidir con la de los judíos, se decidió: “El Domingo de Pascua o de Resurrección está marcado como el domingo inmediatamente posterior a la primera luna llena después del equinoccio de marzo”; en el comienzo de la primavera, por ello la fecha de esta celebración cambia cada año. Lógicamente nada tiene que ver esta festividad con los Carnavales, como mucha gente cree erróneamente.

La historia de las celebraciones de las procesiones de Semana Santa en las calles de España, comienza en el siglo XV y tienen su auge en el XVII. En la Edad Media, en los pórticos de las iglesias se realizaban los autos de la Pasión de Cristo. Poco a poco, estas obras teatrales que formaban parte de los actos litúrgicos, cambiaron a los actores por imágenes.

El dominico San Vicente Ferrer instituyó la primera procesión de disciplina de España, en Medina del Campo, en la Villa de las Ferias, donde se representó la Pasión de Cristo por las calles. Y en Cartagena, salió la primera procesión de España, ya con imágenes, acompañada de la cofradía Marraja en el año 1663, de la iglesia de Santa María de Gracia.

EN CANARIAS LA CELEBRACIÓN TIENES SUS ORÍGENES EN LA LAGUNA

Las celebraciones de la Semana Santa en Canarias tienen su origen en San Cristóbal de La Laguna, con la llegada de los primeros pobladores procedentes de Castilla, Andalucía y Portugal, donde ya se conocían estas celebraciones de la liturgia católica. También se celebró por primera vez en las islas la festividad de Corpus en esta Ciudad, cuando aún era solamente un asentamiento militar, finalizando el siglo XV. La primera cofradía que procesiona por las calles laguneras es la conocida como Cofradía de la Sangre, al finalizar la conquista de Tenerife. Estuvo establecida en el antiguo Convento del Espíritu Santo (antigua iglesia de San Agustín, desaparecida en el incendio de 1964).

Hasta la creación del Obispado de San Cristóbal de La Laguna no se celebraban las procesiones de Semana Santa, tal y como la conocemos actualmente, la Diócesis se crea, según Rodríguez Moure, “en virtud de Bula Apostólica dada por el Papa Pío VII en Santa María La Mayor el 1 de febrero de 1818, y de la Real Orden Auxiliadora del Rey Fernando VII expedida el 27 de agosto de 1819”. El nuevo Obispado segregado del de Canarias, cuya demarcación la constituyen las islas de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro. Con Sede Episcopal en la Iglesia de los Remedios, elevada a la categoría de Catedral. Las actividades de esta Diócesis fueron suspendidas en 1551 y restablecidas oficialmente el 27 de febrero de 1877, por el Pontífice Pío IX, dado en Valencia por el Rey Alfonso XII.

Siglos antes de restablecerse el Obispado de San Cristóbal de La Laguna, se celebraba en la Plaza del Adelantado la ceremonia religiosa “Del Paso”, que representaba el encuentro de Jesucristo con su Madre en la Calle de La Amargura. A este acto asistía mucha gente, no solo de La Laguna sino también del resto de la Isla. Las imágenes que participaban, propiedad de la familia Salazar, patrona de la capilla del Nazareno en la iglesia del Convento de San Agustín, eran la de Jesús, la Santísima Virgen, San Juan Evangelista y la Verónica, todas estaban provistas de articulaciones, para posibilitar los movimientos.

EN LA PLAZA DEL ADELANTADO SE REPRESENTABA EL ENCUENTRO DE JESÚS CON SU MADRE

Según varios historiadores, la tarde del Miércoles Santo, salía de la iglesia de los Agustinos la procesión con las imágenes citadas anteriormente y un gran número de hermanos con túnicas moradas, llevando el rostro tapado y gruesos hachones. Como la talla de Jesús era un pesado madero, la llevaban a hombros un buen número de hermanos y en procesión que se dividía de la siguiente manera: el Cristo caminaba hacia la calle del Pino hasta la Plaza del Adelantado, y las de la Verónica, San Juan Evangelista y la Dolorosa, acompañadas por las comunidades franciscana y los dominicos, también el clero de La Concepción, se dirigían a la plaza por la calle del Agua.

Un narrador colocado frente al pórtico del Cabildo explicaba “El Paso”, mientras la imagen de Jesús se dirigía al callejón de la Carnicería a paso muy lento entre la multitud. Asimismo, la Verónica caminaba al encuentro del Nazareno, acariciando su rostro, en esos momentos los presentes no podían evitar la emoción, momentáneamente, abría los brazos y en un lienzo que llevaba, aparecían las tres fases del rostro de Jesucristo. El encuentro terminaba con las cuatro imágenes en el centro de la plaza, y posteriormente ocupaban su orden de marcha hacia la entrada de la iglesia del Convento de Santa Catalina. Tras la visita se dirigían a sus lugares respectivos.

EL MAYOR ESPLENDOR DE LAS PROCESIONES FUE EN EL SIGLO XVII

En todas las parroquias y conventos de la Ciudad se establecieron en principio las cofradías y hermandades, aunque no se tienen demasiados datos sobre las primitivas procesiones de Semana Santa. Según el historiador Miguel Tarquis en su obra escrita en 1960, fue en el siglo XVII cuando dio comienzo el mayor esplendor en cuanto a las procesiones en La Laguna. Por citar a las primeras que se conocen, La del Cristo de Burgos, La Piedad y El Señor de la Columna, entre otras. Es de destacar la imagen del Cristo de Burgos diferente a todos los cristos laguneros. El 13 de julio de 1680, la hermandad de la Cinta de la antigua iglesia de San Agustín suscribió un contrato con el imaginero Lázaro González de Ocampo, quien se comprometió a tallar una imagen ejecutada del cuadro que se conserva en la Catedral de La Laguna.

La madera con la que hizo la imagen la regaló el marqués de Villanueva del Prado, don Tomás de Nava y Grimón. Contribuyeron con donativos todos los cofrades. Cristóbal Hernández de Quintana policromó la imagen en febrero de 1681 y el 23 de marzo, Domingo de Pasión, el vicario general don Andrés Romero Suárez y Calderín bendijo la imagen.

Restablecida la Diócesis, la Catedral fue incluida en los diferentes desfiles procesionales y las parroquias ampliaron su participación penitencial fuera de los límites parroquiales. De hecho, actualmente todas las cofradías y hermandades de Pasión de la Semana Santa de La Laguna realizan estación de penitencia en el templo catedralicio a lo largo de los días de la Semana Santa. Anteriormente la única cofradía que procesionaba fuera de los límites del convento de San Agustín, donde estaba establecida, fue la de La Sangre cuya procesión penitencial data del siglo XVI.

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