lo que los ojos no ven en la laguna

Calle Juan de Vera (Antigua calle La Cuna, y durante un tiempo, Sol y Ortega)

Sin abandonar el primer tramo de la calle y antes de cruzar la de San Agustín, en el edificio que hace esquina, por el lado derecho, estuvo la “Zapatería de Angelito”

Sin abandonar el primer tramo de la calle y antes de cruzar la de San Agustín, en el edificio que hace esquina, por el lado derecho, estuvo la “Zapatería de Angelito”, donde no solo se reparaba el calzado, sino que además se vendían zapatos, elaborados en el propio taller. Este negocio también fue un lugar de encuentro de una de las tertulias laguneras. Su propietario, Angelito, fue uno de los mejores bregadores de la historia de la Lucha Canaria, cuya principal característica era su físico: pequeño, delgado y cara de niño. Este luchador lagunero capaz de “tumbar” a cualquiera que se le enfrentara, tanto en Tenerife como en Gran Canaria y, durante un tiempo, en Cuba. Una vez fallecido, el negocio continuó con su hijo Octavio.

Cruzamos San Agustín y en la esquina de la izquierda está el antiguo Hospital de Dolores, que agregó a los dos que había en La Laguna, el de Nuestra Señora de La Antigua y el de San Sebastián, fundado en el siglo XVI y la iglesia anexa que se construyó en el siglo XVIII. Del citado templo, estando en una situación decadente, se hizo cargo la congregación de San Vicente de Paul en 1923. En la actualidad, lo que fue complejo hospitalario y también Casa de Socorro desde el año 1960 hasta su desaparición, tras una amplia reforma se transformó en Biblioteca Pública Municipal, a la que se le dio el nombre del periodista lagunero “Adrián Alemán”

Enfrente del antiguo hospital, y en la planta baja de un antiguo edificio restaurado, donde durante muchos años estuvo el Supermercado Méndez, se encuentran las oficias de Atención al Ciudadano del Ayuntamiento Lagunero.

EL TEATRO VIANA, TRISTEMENTE DESAPARECIDO

En el lado izquierdo de la calle, y antes de llegar a la de Anchieta, estuvo desde 1894 el Teatro Viana que también se le conoció como el Circo, Gallera o Parque Viana. En un principio las actividades que se realizaban en este recinto eran riñas de gallos, Lucha Canaria, representaciones de zarzuelas, circo y las Fiestas de Arte de La Laguna. Su primer propietario, ajeno al mundo del espectáculo, alquilaba el local a las compañías de teatro que venían de la Península. 

 El Teatro Viana fue el primer recinto de La Laguna donde los empresarios cinematográficos realizaron sus proyecciones. También se celebraban conciertos, por ser el único recinto que tenía la Ciudad para este tipo de espectáculos. A partir de 1915, con la inauguración del Teatro Leal, el Viana fue decayendo en sus actividades hasta su cierre. Pasados los años volvió a reabrir como gallera y sala de bailes, celebrándose los populares del día de la “Fuga de San Diego”, hasta que le llegó la hora del derribo, como lamentablemente ocurrió con muchos otros edificios singulares de la Ciudad.

DOS ABNEGADOS MÉDICOS LAGUNEROS

En la vivienda de esta calle que hace esquina con la de Anchieta, vivió el poeta Antonio Zerolo Herrera, con su esposa doña Eladia Álvarez Escobar y sus hijos. El tercero de ellos, llamado como su padre, estudió bachillerato en el Instituto General y Técnico de Canarias en La Laguna, más tarde se trasladó a Cádiz donde se licenció en Medicina y Cirugía en junio de 1916. A su regreso a Tenerife comenzó a ejercer en Tacoronte como médico titular, de donde pasó más tarde a Güímar. Al conocer la situación de gravedad en su Ciudad natal, debido a la epidemia conocida como “gripe española de 1918”, solicitó el traslado voluntario. 

Según el periodista y Cronista Oficial de San Cristóbal de La Laguna, don Eliseo Izquierdo: “La prensa del día 19 informaba que Zerolo se encontraba ligeramente enfermo, el día 25, que su estado de salud se había agravado y tres días después daba como noticia de alcance su fallecimiento en la casa familiar de la calle Juan de Vera”. La Laguna honró con la rotulación de la Plaza La Antigua, al doctor Olivera, muerto en las mismas circunstancias que el otro médico, Antonio Zerolo, al que todavía no se le ha reconocido el haber fallecido “en el cumplimiento del deber”.

En la esquina con Anchieta, por el lado izquierdo, se instaló la conocida churrería “El Buen Paladar”, hoy ubicada en la calle Tabares de Cala. Enfrente nos encontramos con la antigua casa de comidas Micaela, lugar donde acudían los asistentes a los partidos de baloncesto y competiciones de Lucha Canaria que se celebraban en la cercana Cancha Anchieta.

Por el lado izquierdo de esta calle, tuvo su consulta uno de los médicos más populares de la Ciudad, el pediatra don Escolástico Aguiar Soto, que no dudaba en acudir a cualquier domicilio, si la urgencia lo requería, a cualquier hora del día o de la noche. La Laguna le honra con la rotulación de una de sus calles.

Entre Anchieta y Cabrera Pinto, y por su lado izquierdo, estuvo el colegio El Carmen, donde los domingos se celebraban bailes para los jóvenes, “vigilados” por las monjas que regentaban el centro educativo. Actualmente, el antiguo colegio, es sede de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca. 

La casa de comidas de don Pancho, el taller del platero y profesor del Colegio San Alberto Magno, don Rafael Trujillo, la barbería de Víctor, la cerrajería de los Castillos, entre otros negocios, daban un ambiente comercial a esta calle junto con otros pequeños comercios.

¿QUIÉN FUE JUAN DE VERA?

Juan de Vera y Zarza natural de Taganana, hijo de Gonzalo Rodríguez de Vera Zarza y de Constanza Suarez Tabordo. Fue bautizado el 1 de mayo de 1624, en la parroquia de Las Nieves. Descendiente de Pedro de Vera, uno de los trece pobladores de Taganana en virtud de la Data de Tierras y Aguas del Valle de Taganana, concedida por el Adelantado Alonso Fernández de Lugo el 16 de mayo de 1501, a los que le ayudaron en la Conquista de Tenerife.

Vivió en la entonces calle La Cuna número 46 de esta Ciudad, más tarde rotulada con su nombre desde 1800, en una amplia vivienda de dos plantas que mandó a construir, hasta que se trasladó al Puerto de la Cruz de la Villa de La Orotava, al ser destinado como alférez de la Compañía de Infantería de ese lugar, por título dado en San Cristóbal de La Laguna, a 21 de mayo de 1670, por el conde de Puerto Llanos, Gobernador y Capitán General de estas islas. Contrajo matrimonio en dicho Puerto con Francisca Martín; hijo suyo y sucesor de su vínculo fue Lorenzo Sánchez de Vera y Martín, que fue Capitán Gobernador de una compañía de Milicias del Puerto de la Cruz, perteneciente al Tercio de la Villa de La Orotava, por título dado en La Laguna a 3 de abril de 1701.

El alférez Juan de Vera fue “alcalde de ausencias” del Puerto de la Cruz de la Villa de La Orotava, por título obtenido en dicho Puerto el 8 de enero de 1679, otorgado por don Juan Aguado de Córdoba, corregidor de esta Isla. Hizo la fiesta de la Santa Cruz en el Puerto de La Orotava y como tal fue Prioste. Tras la información de nobleza obtuvo tal condición por ser descendiente directo de los nobles que poblaron el Valle de Taganana.

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