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Basura, ratas y cucarachas, ‘okupas’ de una casa en el olvido en Santa Cruz de Tenerife

Vecinos de la calle Obispo Pérez Cáceres llevan casi 20 años reclamando la limpieza de una vivienda casi en ruinas en el barrio de Salamanca y temen que un día se prenda fuego
Exterior de la vivienda abandonada en la calle Obispo Pérez Cáceres de la capital. DA
Exterior de la vivienda abandonada en la calle Obispo Pérez Cáceres de la capital. DA

Entre maleza, basura, ratas, ratones y cucarachas conviven cada día, desde hace casi 20 años, los vecinos de la calle Obispo Pérez Cáceres, sita en el santacrucero barrio de Salamanca. El motivo es el abandono de una casa terrera, ubicada en el número 28, que, tras fallecer la dueña y, posteriormente, su hijo y heredero, derivó en que terminara convertida en un estercolero.

Los residentes afirman que llevan años alertando al Ayuntamiento de Santa Cruz y al Gobierno de Canarias -al parecer, propietario actual del inmueble- del gran foco de infección que se ha generado en esta casa en el olvido. Una situación de la que afirman ya estar hartos, pues, a pesar de las reiteradas denuncias ante los responsables políticos, la solución nunca llega.

Esta vivienda, convertida en epicentro de suciedad e inseguridad, se construyó en 1979 en una parcela de 139 metros cuadrados y, según datos registrados en la Dirección General del Catastro, su uso actual es de almacén. No obstante, la realidad es diferente, ya que la infraestructura está casi en ruinas y, además, rodeada de especies invasoras en el exterior, vegetación que, junto a bolsas de basura, latas y otros desechos, incrementan el temor de los vecinos a que ocurra una desgracia, sobre todo si un día se prende fuego el jardín de esta casa, hoy transformado en selva.

Matilde, una de estas vecinas que reside al lado de este inmueble, asegura que la situación se ha convertido en “un calvario”. A sus 83 años, esta mujer con movilidad reducida asegura a DIARIO DE AVISOS que lleva mucho tiempo invirtiendo parte del dinero de su pensión en pagar a un abogado para que presente escritos ante las administraciones públicas, con el fin de exigir una urgente solución para este solar colindante.

“Tengo hasta cucarachas dentro de la nevera, que suben desde esta casa a la mía. Es algo insoportable y lo peor es que nadie hace nada. Cuando alguien tire una colilla a ese jardín lleno de basura y se prenda fuego medio barrio, será cuando busquen remedio a algo que ya no lo tendrá”, comenta esta vecina. Matilde asegura que, ya desesperada, ha pedido presupuesto a una empresa privada de limpieza para que vaya a retirar todos los escombros de dicho inmueble, pero indica que, “al ser una propiedad privada, pues tampoco me atrevo a dar el paso. Eso sí, parte de mi paga se la he llevado mi abogado, que ya está cansado de enviar escritos a las administraciones públicas sin obtener respuesta”.

Una sensación de impotencia que comparte otra vecina, Mari Carmen, cuya casa se sitúa junto a la abandonada. “Hay ratones enormes que se comen hasta los cables y ratas corriendo entre las plantas. Estamos al límite, porque esto se va a prender fuego en cualquier momento”, alerta.

Las afectadas añaden que, hace unos diez años, vinieron a tapiar las ventanas de la casa porque se metían okupas y drogadictos y, en ese momento, se limpiaron los alrededores. Pero, desde entonces, nadie ha vuelto. La calle Obispo Pérez Cáceres sigue en un permanente olvido.

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