El barranco Cha Marta fue la “frontera natural” que separaba el casco histórico de la Ciudad con el barrio de San Juan, el más antiguo del municipio. Algunos de sus tramos se hacían difícil atravesarlos, ya que las lluvias los convertían en intransitables.
En el puente que cruzaba a la altura de la Calle Núñez de la Peña, hasta que se asfaltó, y a pesar de los pocos vehículos que circulaban en esa época, se producían verdaderos atascos, imposibilitando también el paso de las personas. Los vecinos del barrio recordaron que antiguamente llamaban “Calle del Piche” a la Calle Núñez de la Peña, por eso cuando repararon el puente, a la calle la volvieron a llamar popularmente por este nombre de “Calle del Piche”. El problema se solucionó definitivamente cuando se encauzó totalmente el barranco.
El Plan de Reforma Interior de La Laguna contemplaba una vía de doce metros de ancho sobre el barranco de Cha Marta, entre las calles de Juana Blanca y su encuentro con la de San Antonio hasta la de San Juan, que enlaza con la Calle del Juego, manteniendo en su totalidad el mismo ancho. Para poder construir esta vía era totalmente necesario canalizar todo el barranco.
COMIENZO DE LAS OBRAS DE ENCAUZAMIENTO DEL BARRANCO CHA MARTA
Las obras de encauzamiento se ejecutaron en tres fases, según acuerdo del pleno del Ayuntamiento (Corporación 1979-1983). Las primeras comenzaron en el tramo Candilas con Núñez de la Peña. El punto más conflictivo fue resolver el problema que anteriormente citamos, donde se producía durante los inviernos una auténtica complicación para el vecindario. Para ello, estas importantes obras que se iniciaron en 1981, por un importe 22.836.237 pesetas, consistieron en la nivelación del barranco con la instalación de dos puentes fijos, estudios hidrológicos y resolver el punto más conflictivo, que era el cruce con Núñez de la Peña, dándole al fondo del cauce dos pendientes. En el año siguiente (1982) se ejecutaron las obras del encauzamiento del segundo tramo, Núñez de la Peña en su encuentro con la del Juego, por un importe de licitación de 14.497.579 pesetas.
La tercera y última fase dio paso a la urbanización de la calle, consistente en una vía de dos carriles, aparcamientos y aceras a ambos lados de la calzada e instalación del alumbrado público.
La peatonalización del casco histórico de la Ciudad no hubiera sido posible sin la ejecución de estas obras. Sabido era que los vehículos procedentes de Santa Cruz, del Norte y de la zona Nordeste del municipio atravesaban las calles centrales del casco histórico de La Laguna, de tal manera que la incorporación al viario municipal de la Calle 6 de Diciembre fue determinante.
Este nombre de 6 de Diciembre, en referencia a la fecha de la aprobación por los españoles en referéndum de la Constitución de 1978, viene dado por las recomendaciones recibidas del entonces Gobierno de la Nación a las distintas corporaciones locales, para consolidar el proceso democrático del 78, a través de nominar a las nuevas infraestructuras con nombres afines a la Carta Magna.
En el lado derecho de esta calle, según se baja, se construyó lo que en un principio se llamó “Ciudad Jardín de San Honorato”, urbanización promovida por el gremio de los panaderos laguneros. Las obras dieron comienzo el 18 de octubre de 1960.
Una vez culminados los trabajos de urbanización en los años 80 del pasado siglo, se transforma en una moderna calle que contribuye de forma excepcional a desviar el tráfico rodado del centro histórico de La Laguna, principalmente aquellos vehículos que procedían del Norte de la Isla.
Actualmente, en este año 2024, en la Calle 6 de Diciembre se han ejecutado obras de pavimentación y, para facilitar la accesibilidad en las aceras, también se han ampliado las mismas para conseguir una mayor seguridad, tanto para los vehículos, como para los peatones.
CALLE EL JUEGO
La calle 6 de Diciembre termina donde comienza la del Juego. En sus orígenes esta vía fue mitad barranco y la otra mitad la antigua explanada que empezaba en la Trinidad y terminaba en la Calle de San Juan.
El nombre de Calle del Juego se debe a que desde la fundación de la Ciudad era el lugar donde se practicaba el “juego de las bolas”. Este deporte llegó a Canarias con los primeros pobladores que fundaron la Ciudad, y posteriormente se convirtió en un juego típico en las islas, que ha llegado hasta nuestros tiempos con un auge muy alto de participación. Este juego se practicó durante siglos en esa extensa explanada que cubría gran parte de lo que hoy es la Calle El Juego.
En esta calle, en la parte por la que no transcurría el antiguo Barranco Cha Marta, estuvo la fábrica de sifones y de chocolates, propiedad de una sociedad que presidía el industrial lagunero don Ángel Núñez. Esta industria dio trabajo a un importante número de personas, principalmente mujeres, en su mayoría del barrio de San Juan.
En el número 14 actual se construyó en los años 70 del pasado siglo una novedosa galería comercial, que incluía varias salas de cine. Esta edificación tiene su entrada principal por la Calle de Los Herradores y conecta con esta de El Juego.
Hasta la construcción de un moderno edificio, hoy señalado con el número 16, existió una ciudadela con pequeñas viviendas a un lado y a otro de un pasillo central, siendo este modelo poco habitual en nuestra Ciudad y que con su desaparición se acabó con este tipo de construcción que era importado de Andalucía.
Hasta muy avanzado el siglo pasado, en una de las viviendas de esta calle vivió el último carrero que tuvo La Laguna, don Sebastián Galván, que a su peculiar profesión de transportar en un carro tirado por una mula todo tipo de mercancías, como muebles, material de construcción…, se le unía que el citado animal pernoctaba en el patio de su vivienda.