La demolición de la antigua piscina de Las Aguas ha marcado un antes y un después en la recuperación paisajística de este núcleo costero de San Juan de la Rambla, que ha dejado de ser un proyecto para convertirse poco a poco en una realidad pese a que todavía queda mucho por hacer.
Las obras no han finalizado pero han dejado al descubierto el espacio del antiguo litoral, tapado hasta hace unos meses con cemento, que se ampliará a casi el doble al empatarse con la zona de baño existente, que siempre estuvo y que es independiente de la actuación que se ejecuta en la actualidad.
Una vez que culmine el desmonte y se llegue a la cota cero, la playa actual, con una longitud de 65 metros, se unirá a la que se recupera hasta la escollera, de aproximadamente unos 70 metros, casi el doble, a la que se podrá acceder a través de dos rampas de nueva construcción.
“Quedará una franja litoral mucho mayor, entendiendo siempre que es una playa de callado medio, que a medida que uno entra al mar se encuentra con rocas mayores, frecuentada principalmente por vecinos de la zona”, confirma la concejal de Aguas y Saneamiento, Bienestar animal, Jardines, Montes públicos, Medio ambiente, Patrimonio municipal y Turismo, Cementerios y Servicios funerarios, Yanira Mesa González.
Tarima geológica
Pero eso no es todo. Previsiblemente a finales de año, cuando el nivel del suelo quede a un mismo nivel, se podrá comprobar si la dinámica natural de las mareas devuelve los charcos naturales que se formaban antes de la construcción de la piscina. “Por fotografías antiguas hemos podido ver que había una especie de tarima geológica en esta parte del litoral del municipio que hacía que se formaran unos pequeños charcos estando la marea baja, ya que con la alta desaparecerían”, explica la concejal desde un punto de vista técnico. Lo hace porque además es ingeniera civil con especialidad en hidrología y ha estado estudiando la zona y buscando imágenes antiguas que puedan brindar información sobre cómo quedaría una vez que culminaran los trabajos.
De darse esta posibilidad, no se descarta que se puedan recuperar especies marinas que han ido desapareciendo o buscando otros hábitats, “como los gobios, un tipo de pez asociado a los charcos”, indica.
Eliminar la antigua piscina y el edificio anexo, ambos con riesgo de derrumbe por la erosión marina y años de abandono, supuso una batalla administrativa de más de una década y media que está llegando a su fin y que no estuvo exenta de complicaciones de todo tipo. Ambos se encontraban cerrados desde el año 2010 y su recuperación resultaba prácticamente imposible debido a su avanzado estado de deterioro que había dejado una estructura hueca.
Desde entonces, hubo varios proyectos fallidos y concursos que quedaron desiertos. El último, en febrero de 2022. Finalmente, las obras fueron adjudicadas en el anterior mandato a la UTE formada por las empresas Señalizaciones Villar S.A. y Yárritu, S.A, tras quedar desierto el concurso en febrero de 2022.
Su presupuesto asciende a 1.950.098 euros y su plazo de ejecución es de 12 meses tras la firma del contrato, en mayo del pasado año.
Con dificultades pero a buen ritmo
No obstante, habrá que esperar hasta diciembre para ver el resultado final de esta parte de los trabajos. Hasta el momento han ido a buen ritmo, con las dificultades propias de cualquier actuación de estas características, y aunque han sufrido pequeños retrasos “que no son significativos”, la edil garantiza que el plazo de finalización se cumplirá.
En este sentido, Mesa puntualiza que había acciones que no estaban contempladas inicialmente, como soterrar unos cables aéreos que “afean” el entorno y se solicitó a la empresa que también se incluyera, igual que añadir un tramo que se había dejado sin roca.
No obstante, el proyecto es más complejo y abarca otras fases dado que además de los accesos a la playa, se reforzará la seguridad de muros y caminos; y las rocas naturales que se sacan del desmonte se colocarán frente a la escollera para una mayor protección de la misma. A ello se añade la construcción de la nueva carretera y el frente de la avenida, que se convertirá en un peatonal abierto al mar, aunque para disfrutarlo habrá que esperar más tiempo.