El azúcar está presente en muchos alimentos de consumo diario, incluso en aquellos menos evidentes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja un máximo de 50 gramos diarios, recomendando preferiblemente no exceder los 25 gramos.
Sin embargo, ¿cómo saber si se está superando esta cantidad? Pablo A. López Cáceres (@pabloa_ndsalud), dietista-nutricionista, explica cómo identificar diez señales que el cuerpo envía cuando el consumo de azúcar es excesivo.
Diez señales de que consumes demasiado azúcar
Estas son las diez señales que, según el dietista-nutricionista Pablo A. López, podrían indicar un consumo elevado de azúcar:
- Aumento de peso: el azúcar añadido aporta calorías vacías, incrementando la ingesta energética sin ofrecer valor nutritivo.
- Caries o problemas dentales: el azúcar genera ácido a través de las bacterias en la boca, descomponiendo el esmalte dental y aumentando el riesgo de caries.
- Problemas digestivos: el consumo excesivo de azúcar altera el equilibrio de la flora intestinal, causando hinchazón, gases, diarrea o estreñimiento.
- Antojos: el azúcar genera dependencia, incrementando los antojos de alimentos azucarados.
- Fatiga y falta de energía: el azúcar provoca un aumento rápido de glucosa en sangre, seguido de una caída abrupta debido a la liberación de insulina, lo cual puede causar fatiga y falta de energía.
- Riesgo de enfermedades crónicas: un consumo elevado de azúcar se asocia a un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, hipertensión y ciertos tipos de cáncer. Alteraciones en análisis clínicos como glucosa, hemoglobina glicada o triglicéridos indican la necesidad de reducir el consumo de azúcar.
- Problemas de piel: un consumo excesivo de azúcar puede agravar el acné y la rosácea, dificultar la capacidad de la piel para retener humedad, aumentar el estrés oxidativo y ralentizar la cicatrización de heridas.
- Problemas para dormir: el azúcar interfiere con la producción de melatonina, dificultando el sueño, y provoca picos y caídas de energía que pueden generar despertares nocturnos. También aumenta la producción de cortisol, afectando la calidad del descanso.
- Resfriados e infecciones frecuentes: un consumo elevado de azúcar afecta al sistema inmunológico, promoviendo la inflamación y debilitando la respuesta inmunitaria, alterando la microbiota intestinal.
- Cambios de humor y dificultad para concentrarse: las fluctuaciones de glucosa en sangre pueden causar irritabilidad, ansiedad y dificultar la concentración, afectando al estado de ánimo.