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El pueblo más meridional de España está en Canarias: tiene uno de los mejores mares que puedas visitar

Al ser un pueblo alejado de las aglomeraciones turísticas, la sensación de paz es constante
El pueblo más meridional de España está en Canarias: tiene uno de los mejores mares que puedas visitar

Situado en el extremo sur de El Hierro, La Restinga es un pequeño pueblo pesquero que, a pesar de su tamaño, es uno de los destinos más emblemáticos de la isla. A lo largo de su costa, el Atlántico ruge con tranquilidad, atrayendo tanto a buceadores como a amantes de la gastronomía que buscan experimentar lo mejor del mar. Hablamos, precisamente, del pueblo más meridional de España.

Uno de los principales atractivos de La Restinga es su reserva marina, considerada como uno de los mejores sitios para bucear en España. Sus aguas cristalinas esconden un mundo submarino lleno de vida. Peces tropicales, mantarrayas y, en ocasiones, incluso tiburones, se dejan ver entre los corales y las formaciones volcánicas. Además, La Restinga es recordada por la erupción submarina que en 2011 puso a este pequeño pueblo en los titulares internacionales.

La calma de Canarias, en una playa

Para aquellos que buscan tranquilidad en la superficie, la pequeña playa de arena negra del pueblo es el lugar perfecto para relajarse. Al ser un pueblo alejado de las aglomeraciones turísticas, la sensación de paz es constante. A pocos metros del muelle, los barcos de pesca van y vienen, proporcionando una estampa pintoresca de la vida local.

La cocina en La Restinga es un reflejo de su esencia marinera. Uno de los sitios más recomendados para disfrutar del producto fresco es Restaurante La Vieja Pandorga, conocido por su oferta de pescado fresco y platos sencillos que realzan el sabor del mar. También destaca El Refugio, donde el atún y las lapas a la plancha son protagonistas en un ambiente acogedor.

Para los que buscan algo más informal, el bar-restaurante El Timón ofrece tapas locales y platos más ligeros con vistas al puerto, lo que hace que cada bocado tenga una conexión directa con el entorno.

La Restinga es más que un pueblo; es una puerta abierta al Atlántico, donde el tiempo parece detenerse y el mar se convierte en el protagonista absoluto de cada experiencia.

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