Hace ahora unos 21 años, Geisha fue atrapada accidentalmente por un pesquero japonés y, tras un largo viaje, llegó a Gran Canaria. Pascual Calabuig, veterinario jefe del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Gran Canaria se encargó de su rescate. Posteriormente, se puso en contacto con Loro Parque para integrarla en el Planet Penguin ante la imposibilidad de reintroducirla en la naturaleza. Después de pasar por el periodo de cuarentena se integró muy bien en el grupo e incluso se emparejó.
“Buscando un hogar para Geisha pensé en Loro Parque, ya que había observado el espectacular pingüinario que habían construido. Además, ya habíamos trabajado anteriormente en labores de rescate con ellos, en esta ocasión no fue diferente y la recibieron con los brazos abiertos”, explica Calabuig.
Una vez en Loro Parque, se cuidó con mucha delicadeza y, después de un chequeo exhaustivo, estabilizar su temperatura para adecuarla a la de un pingüino de su especie, adaptar su dieta para recuperarla de su delgadez y, finalmente, trasladarla a la exhibición de la Antártida en Planet Penguin para su integración en la colonia de pingüinos.
“Cuando llegó fue un momento vibrante y de gran alegría, ya que después de pasar mucho tiempo aislada, pudo volver a estar en un entorno similar a su hábitat natural y volver a encontrarse con sus congéneres en Planet Penguin”, explica Rafael Zamora.
A partir de finales de 2006 comenzaron sus intentos por reproducirse. En hembras primerizas es habitual que los huevos sean infértiles, por lo que, tras varios intentos, Geisha tuvo su primer pichón en febrero de 2009. Su segunda cría llegó justo dos años después, en febrero de 2011.
A día de hoy, Geisha ha formado una numerosa familia en Planet Penguin, teniendo hijos, nietos y hasta bisnietos. La historia de Geisha supone una gran satisfacción para el equipo de Loro Parque, y demuestra que su preocupación por el bienestar de sus animales no tiene fronteras.