La historia de Vilaflor de Chasna, municipio del sur de Tenerife, no solo es un relato de conquistas y progreso económico, sino también una crónica de tensiones sociales y luchas por la identidad y el territorio. Desde sus raíces en el siglo XVI hasta la consolidación de su patrimonio histórico en la actualidad, Vilaflor ha sido testigo de importantes eventos y conflictos en torno a la familia Soler, quienes fueron los fundadores de la villa, y su relación con los habitantes del lugar, unas tensiones que, de buena o mala manera, han conformado la actualidad de la localidad chasnera.
En un esfuerzo por preservar la identidad histórica de Vilaflor, de Chasna, el Cabildo de Tenerife adquirió la Casa de los Soler el pasado año 2023. Este es un emblema de la arquitectura canaria tradicional y testigo directo del legado de esta familia. La adquisición del inmueble, gestionada por Josefa Mesa Mora, Consejera de Patrimonio en el mandato anterior, fue una decisión que, en palabras de ella, “era una compra prioritaria”. Mora hace especial hincapié en que un edificio de estas características y en ese estado, “no existe o hay muy pocos”, y en el caso y como ella apunta, “debe de ser obligatorio para patrimonio adquirirlo”.
Este inmueble se valoró por su vendedor, un familiar de este largo linaje, en aproximadamente 500.000 euros, fraccionando la compra en dos pagos, con la firme intención entre la institución y este particular en asegurar que este legado no se perdiera.
REHABILITACIÓN
El pasado año y en el mes de junio, el Cabildo comenzó en la casona una rehabilitación estructural en un intento de la corporación insular por convertir el inmueble en un ecomuseo.
“Es parte de nuestra identidad”, expresó Mesa Mora al respecto de la adquisición de la Casa Soler, reconociendo la necesidad de proteger este patrimonio de gran significación histórica. “Si las administraciones no nos obligamos a ello, se pierde nuestra identidad y nuestros símbolos”.
La administración actual, encabezada por la alcaldesa Agustina Beltrán, continúa trabajando en proyectos que permitirán la apertura de este emblemático espacio a la comunidad, en colaboración con el Cabildo. El objetivo es convertir la Casa Soler en un centro de uso ciudadano, preservando el valor histórico y artístico de este inmueble y reafirmando su rol en la vida de Vilaflor.
El origen de Vilaflor se remonta a principios del siglo XVI, cuando el mercader catalán Pedro Soler, tras su matrimonio con Juana de Padilla, hija de Juan Martín de Padilla, se convierte en el administrador de las tierras de Chasna. Este acuerdo no solo aseguraba el control de una vasta extensión de tierras y recursos hídricos, sino que sellaba el inicio de un proceso de desarrollo económico para la región. El cronista oficial de Vilaflor de Chasna, Nelson Díaz Frías, explica con todo lujo de detalles el contexto de esta fundación de forma precisa: “Pedro Soler era un mercader catalán que se casó con la única hija y heredera de Juan Martín de Padilla.
En 1530 su suegro le había dado tierras y aguas para que las diese en explotación. Así, Pedro Soler forma hacia el año 1530 el pueblo de Vilaflor, atrayendo a los pobladores y posibitando traer recursos hídricos desde los montes para el riego de las huertas”.
Para facilitar la explotación agrícola, además, los Soler construyeron un ingenio azucarero en el lugar conocido como El Llano del Ingenio, el cual operó hasta que la competencia americana sumió en la ruina a la industria azucarera canaria. “El lugar era idóneo para esta actividad, tenía las condiciones perfectas”, explica el cronista.
El azúcar necesita que la caña esté a 300 metros en el norte, o a 350-400 m en el sur de la Isla, esto debido a que el clima en estas regiones es un poco más seco, hecho que permite que los cañaverales, por ejemplo, de los Soler, se encuentre en esta región.
La llegada de trabajadores especializados y campesinos permitió la consolidación de un incipiente núcleo urbano, que se erigió en torno a la primitiva iglesia de San Pedro, dedicada al santo homónimo de su fundador.
El Mayorazgo de Chasna
La riqueza territorial y el poder de los Soler alcanzaron su máximo esplendor con la creación del Mayorazgo de Chasna, una institución jurídica (extinta desde el siglo XIX en España) que vinculaba bienes de la familia a perpetuidad, es decir, garantizar la transmisión a los descendientes directos de una familia todo el patrimonio sin posibilidad de fragmentación o de que estos se repartan con algún otro linaje.
A pesar de su contribución al desarrollo inicial de Vilaflor, la existencia de este mayorazgo creó conflictos entre la familia Soler y los habitantes de la región. Las tensiones se debían a los tributos que los pobladores debían pagar anualmente en favor de los Soler. “Los vecinos del pueblo tenían que pagar todos los años un tributo anual por el día de San Pedro a favor de la familia Soler por usar esos solares donde luego ellos habían construido sus casas”, explica Díaz Frías.
Esta situación, que se mantuvo hasta el siglo XIX, fue la semilla de una serie de disputas sociales y legales que con el tiempo escalaron hasta niveles trágicos.
El Asesinato del Marqués
El enfrentamiento entre la familia Soler y los habitantes de Vilaflor tuvo varios pasajes que generaron que esta relación se rompiese finalmente, todo tras un trágico capítulo de la historia del municipio que, hasta la fecha, no ha sido resuelto. En primer lugar, las tensiones empezaron a darse durante los años 30 del siglo XVIII tras estallar una confrontación entre los Soler y el alcalde del municipio. Esta tensión se fragua ya que la familia no dejaba sentarse al regidor en el banco de la Iglesia de San Pedro, alegando que “esta había sido construida por ellos”. Aún siendo esto así, las asperezas no tardarían en llegar a Vilaflor. Toda esta enemistd tuvo su clímax con el asesinato de Alonso Chirino de Hoyo, VII Marqués de La Fuente de Las Palmas y último titular del Mayorazgo de Chasna. En agosto de 1840, Alonso Chirino fue asesinado por enmascarados cuando regresaba a su casa, un acto que simbolizó el fin de una era de poder y control territorial.
“El asesinato del Marqués fue un episodio trágico que ha quedado en la memoria colectiva de los chasneros… dando lugar al dicho popular ‘¿Dicen que mataron al Marqués? Eso dicen”, destaca el cronista, refiriéndose al silencio de los vecinos, que nunca revelaron la identidad de los responsables.
Este episodio marcó el final de una prolongada era de tensiones entre los Soler y los habitantes de Vilaflor. Las relaciones, que habían sido inicialmente cooperativas bajo Pedro Soler, evolucionaron en un sistema de dominio feudal que chocó con el sentimiento de libertad y pertenencia de los pobladores.
En la actualidad, Vilaflor es un símbolo de memoria histórica en Tenerife. La Casa Soler permanece como un recordatorio tangible de la fundación de Vilaflor y del papel de la familia Soler en la historia de la comarca de Abona. Gracias a la reciente adquisición y esfuerzos de restauración por parte del Cabildo de Tenerife, este patrimonio arquitectónico será preservado como parte del legado cultural y la identidad de la isla.